La idea es que comprando agua mineral Auara cualquier persona pueda, sin un mayor esfuerzo, ayudar a que otras personas desfavorecidas tengan agua potable también. El agua nos une a todos, porque todos dependemos igualmente de ella. Sin agua no podemos vivir, no podemos hacer nada. Y con Auara convertimos el agua en un nexo de unión entre personas que viven a miles de kilómetros y que se unen por un impacto positivo.
Además, Auara es la primera marca de agua en Europa que fabrica sus botellas con un 100% de material reciclado, y hemos eco-diseñado la botella para que tenga un menor impacto medioambiental en la logística, ya que optimiza el volumen y caben más botellas en menos espacio. Para nosotros, la sostenibilidad es un pilar fundamental de lo que hacemos. No se trata de marketing, sino de verdadera convicción y coherencia. ¿Qué sentido tendría intentar solucionar el problema del agua en Benín, Etiopía o Camboya, generando un problema medioambiental en España? Somos conscientes de que, como todo producto, el agua mineral tiene un impacto medioambiental, y nuestro compromiso es hacer todo lo posible por reducirlo al máximo. En resumen, bebiendo Auara, ayudas a que otras personas puedan tener agua.
¿Y por qué trabajamos el agua como fin social? Porque la falta de agua potable es la mayor de las pobrezas. El hecho de que haya millones de personas en el mundo sin acceso a agua potable origina que en los países en vías de desarrollo, el 80% de la mortalidad infantil tenga origen en el consumo de agua contaminada. El agua sucia es la primera fuente de enfermedades en estas comunidades, algunas de ellas muy comunes y otras más extrañas, desde una simple diarrea que puede llegar a ser mortal hasta el Cólera, la Hepatitis A o la Hepatitis E.
Pero el problema del agua afecta en muchas otras maneras. El no tener agua accesible complica mucho la vida. En las comunidades más pobres, mujeres y niños tienen que recorrer grandes distancias todos los días para buscar agua lejos de sus casas. El 75% de las veces son mujeres y niños los encargados de esta labor, y recorren distancias que pueden llegar hasta los 10 km. Por este motivo, muchos niños no pueden ir al colegio y muchas mujeres no pueden desarrollar otras actividades a lo largo del día. Es frecuente que tengan que cargar con bidones de hasta 30 kilos a las espaldas para llevar el agua a sus casas. Por todo esto, decimos que la falta de agua potable es la base de muchas otras pobrezas, ya que afecta a casi todos los ámbitos de la vida.
Desde septiembre del año pasado, el impacto social de Auara se resume en que 3.000 personas tienen acceso a agua potable en Benín, Camerún y Haití, hemos aportado más de 210.000 litros de agua limpia a través de nuestros proyectos, y hay 70 personas en Camboya que tienen acceso a saneamiento. Desde el punto de vista medioambiental, hemos reutilizado 11.500 kg de plástico, y hemos ahorrado casi 19.000 litros de petróleo. Vendemos agua mineral de un manantial de León que hemos elegido por su calidad, pero sobre todo existimos para mejorar día a día estos datos de impacto, y lo que es más importante, para cambiar la vida de personas con nombre y apellido a través de nuestros proyectos. Porque los datos son importantes, pero el motivo por el que trabajamos son las personas que hay detrás de ellos.