¿Qué son los negocios inclusivos? ¿Son los negocios inclusivos la vía más importante para las empresas de generar valor compartido?
Los negocios inclusivos son actividades empresariales que ponen el foco en generar oportunidades para la población que está en situación de pobreza o vulnerabilidad. Son iniciativas que buscan integrar a la base de la pirámide en las cadenas de valor empresariales, combinando la obtención de un retorno económico con la proporción de un beneficio para esa población. En la práctica, bajo esta definición, tanto las empresas, como las ONG y las empresas sociales pueden promover negocios inclusivos, aunque se suele asociar este término especialmente al esfuerzo que realiza el sector empresarial para incluir a la base de la pirámide en sus cadenas de valor.
Si se pone el foco en los negocios inclusivos como estrategia para generar valor compartido en las empresas, podemos decir que es una alternativa más. Por ejemplo, una empresa también puede generar valor compartido mejorando de manera explícita las condiciones laborales de sus empleados o cuidando el medioambiente.
¿Cuál es el contexto actual? ¿Estamos en un contexto favorable? ¿Podemos decir que están de moda?
Podríamos decir que están de moda, aunque muy probablemente el concepto sea más conocido en su versión teórica que en su aplicación práctica. Queda mucho camino por recorrer, y hay infinitas oportunidades para el desarrollo de los negocios inclusivos. Por eso, aspiremos a que no sea una moda pasajera y dure muchos años.
Pienso que se da un contexto favorable para su desarrollo, por muchos motivos. Por un lado, el auge de la economía híbrida en sus diferentes formas (empresas sociales, impact investing, etc.) que busca solucionar problemas sociales con dinámicas empresariales. Por otro lado, los ODS y el escenario que plantean para la participación de la empresa en su consecución. Los negocios inclusivos representan una vía para que la empresa contribuya a atender retos sociales, poniendo en juego sus capacidades empresariales.
Otro factor que influye es el discurso del valor compartido o shared value, que anima a las empresas a reflexionar sobre sus oportunidades para la generación de valor social desde sus propios negocios y cadenas de valor. Sin duda estamos viviendo una ola de innovación social, que puede arrastrar al sector empresarial y movilizar sus capacidades para resolver los retos de la sociedad. Los avances tecnológicos abren infinitas posibilidades a los negocios inclusivos porque permiten superar barreras de acceso a información, de logística, reducción de costes, y lograr que las empresas puedan estar “más cerca” de esa base de la pirámide, en contextos que antes resultaban más inaccesibles.
¿Cuáles son los principales incentivos para las empresas?
Para las empresas que operan en mercados de bajos ingresos y tienen productos o servicios que pueden interesar a la base de la pirámide (por ejemplo, empresas dedicadas al gran consumo), el incentivo principal puede ser simplemente ampliar el mercado; incentivo suficiente porque está muy cerca de la lógica empresarial tradicional.
En determinadas industrias, como la construcción o la ingeniería, trabajar con modelos inclusivos puede ayudar a mejorar la licencia para operar en un determinado contexto, ya que la empresa se esfuerza por integrar a la población local. Algunas, por su actividad, como por ejemplo las agroalimentarias, pueden tener el incentivo de mejorar las capacidades de los pequeños productores o empresarios asociados a sus cadenas de suministro, para obtener mayor o mejor calidad en los insumos y reforzar la sostenibilidad de su cadena de aprovisionamiento.
Otro incentivo puede ser la oportunidad de desarrollar iniciativas de valor compartido más innovadoras, con enfoques más sostenibles y alineados con el negocio. Para determinadas empresas que han evolucionado bastante en su visión de la sostenibilidad y la generación de valor social, emprender un negocio inclusivo, puede resultar un reto atractivo que contribuye a su reputación. Otro incentivo es la oportunidad que supone para la empresa el interés que ciertos donantes tradicionales (Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Agencias de Desarrollo Estatales), están teniendo por estos tipos de modelos, por lo que la empresa puede apalancar su inversión en este tipo de iniciativas con fondos de cooperación.
¿Quién debe liderar el proceso de implementación de negocios inclusivos dentro de una empresa?
En la medida en que se trata de innovar en líneas de negocio y en decisiones que implican a diferentes áreas operativas de la empresa (compras, RRHH, tecnología…) el impulso debe venir de la alta dirección.
Los directivos de la empresa deben abrir la puerta a los negocios inclusivos y creer en ello, para que la empresa movilice los recursos y talento necesarios para su puesta en marcha. Aquellos que lo impulsan son líderes empresariales con la visión de que los negocios inclusivos son una manera para que la empresa construya una economía más incluyente y sostenible; que creen que sus empresas pueden ser generadoras de oportunidades para personas en situación de mayor pobreza o exclusión si se lo proponen y se esfuerzan por generar dinámicas empresariales que dan cabida a todos.
No he conocido a un promotor de estos negocios que se haya arrepentido de emprender esta aventura. Es una opción que engancha y apasiona porque conecta con esa parte de la naturaleza humana que se realiza al contribuir al beneficio de otros. La verdadera “promesa” que nos hacen los negocios inclusivos va por ahí. Es una opción empresarial y humanamente apasionante.
¿Cuáles son las principales barreras?
Hay muchas. Puede que la fundamental sea el desconocimiento, ignorar qué son los negocios inclusivos y si pueden ser interesantes o viables para una determinada empresa. Sigue existiendo una distancia muy grande entre el mundo de la empresa y su posibilidad de contribuir a los ODS. Más concretamente con el objetivo de conseguir una economía más incluyente, que no deje nadie atrás. Otra es que su puesta en marcha es compleja, trasciende necesariamente las áreas de RSC o Sostenibilidad porque tiene implicación con el negocio. Necesita que varias áreas de la empresa trabajen conjuntamente y logren una visión común.
Todo ello hace que su puesta en marcha sea más complicada. Otra importante es el miedo al fracaso puesto que son aventuras de alto riesgo, en las que no hay garantía de éxito y salen de la lógica de maximizar el beneficio económico. Son ejercicios de largo plazo, que exigen una enorme capacidad de innovación, flexibilidad, apertura a la generación de alianzas, etc. Por último, y no menos importante, la capacidad de invertir los recursos financieros y humanos necesarios en un proceso que puede ser largo, con muchas idas y vueltas.
En los negocios inclusivos ¿es necesaria la participación de las organizaciones sociales? ¿Cómo se pueden favorecer las sinergias y las alianzas?
Las organizaciones sociales pueden desempeñar un papel muy importante a la hora de poner en marcha un negocio inclusivo. No olvidemos que este tipo de organizaciones llevan trabajando con población vulnerable desde hace muchos años por lo que el conocimiento que tienen del contexto, de los hábitos de éstas personas, de su cultura, del trabajo con otros actores locales tales como instituciones públicas locales y la forma de relacionarse, representa un valor incalculable para el diseño y ejecución de estos negocios.
Las alianzas y sinergias se pueden favorecer “dándoles voz” a las organizaciones sociales prácticamente desde el inicio de la puesta en marcha de cualquiera de estas iniciativas.
¿Qué acciones desarrolláis desde CODESPA para promover los negocios inclusivos?
Trabajamos en dos ejes: el diseño y ejecución de proyectos en alianza con empresas españolas o nacionales de los países en los que trabajamos, y la formación y sensibilización. En el diseño y ejecución de proyectos trabajamos mano a mano con empresas interesadas en desarrollar negocios inclusivos, para identificar líneas de acción y ayudarles en su ejecución, por lo que a veces las empresas se acercan a nosotros cuando quieren desarrollar una iniciativa. Empresas que están abriendo operaciones en países en desarrollo y quieren dar el paso a integrar a las comunidades locales.
También, al operar en contextos de pobreza, nos resulta más fácil identificar estas oportunidades y en ocasiones somos nosotros los que buscamos a empresas que tengan las capacidades requeridas para resolver un determinado problema social a través de un negocio inclusivo. Trabajamos con muchos tipos de empresas, desde empresas españolas que operan internacionalmente, hasta empresas locales, algunas de pequeño tamaño, cercanas a la población con la que trabajamos en nuestros proyectos.
La segunda línea de acción es la formación y sensibilización. Recientemente organizamos una conferencia internacional en Madrid sobre Negocios inclusivos que reunió a las principales entidades internacionales y nacionales que están trabajando en este ámbito y fue un espacio de aprendizaje y reflexión muy valioso. Y actualmente está en marcha un curso online sobre negocios inclusivos, que muestra sus principales conceptos y los aspectos a tener en cuenta para aquellos que quieran adentrarse en este ámbito.