La medicina del trabajo debe ser una herramienta de gestión para la empresa que ayude a mejorar la seguridad y salud de los trabajadores, haciendo más eficiente la productividad y satisfacción de los empleados y empleadores.
Es incuestionable que la partida dedicada a gasto sanitario aumenta año tras año de manera importante en los presupuestos generales de las comunidades Autónomas de nuestro País que en algunas de ellas supone más del 25%, por lo que actualmente está en cuestión la sostenibilidad del sistema.
El Médico del Trabajo añade valor en la Gestión Sanitaria tanto en el mantenimiento de la salud como en el proceso de enfermedad del trabajador y en la posterior reincorporación del trabajador al medio laboral o, si todo lo anterior no fuera posible, en la elaboración de propuestas de Incapacidad Permanente, dado que es el mejor conocedor de los riesgos laborales a los que está expuesto el trabajador.
Necesitamos un marco normativo nuevo en el que el Médico del Trabajo forme parte integrante y fundamental del sistema sanitario en colaboración con médicos de atención primaria, especializada y equipos de valoración de incapacidades, especialmente ahora con la situación actual de déficit de profesionales médicos.
Solo trabajando todos los actores implicados en la misma dirección, conseguiremos mejorar la salud de los trabajadores y las empresas españolas tan necesaria en la actualidad.