Los líderes empresariales que articulan en el seno de sus empresas políticas y sistemas de gestión en materia de RSE lo pueden hacer por convicción o por interés. Si bien la convicción puede tener fuerza suficiente en periodos de bonanza, en los momentos más críticos muchas acciones relacionadas conla RSEque conllevan costes a corto y mediano plazo correrán menos riesgos de ser recortadas si la empresa tiene también un interés económico en el tema: si le interesa seguir siendo reconocida y valorada por sus clientes, inversores y trabajadores como una empresa responsable.
Estos tres grupos de interés pueden tener una influencia variable en función del tamaño y características de la empresa, pero en todo caso los clientes "tienen siempre la razón". Tanto si hablamos de empresas que producen bienes o servicios dirigidos directamente al consumidor final, como de proveedoras de otras empresas, el cliente puede introducir entre sus criterios de compra, junto al precio y la calidad, la valoración de aspectos sociales y ambientales de la empresa vendedora.
Los consumidores –personas individuales, empresas, administraciones u otras organizaciones a la hora de consumir-, tienen un verdadero poder de influencia a través de su capacidad de elección. Pueden transformar, por lo tanto, su acto de consumo en un verdadero acto de ciudadanía y de transformación social, realizando un consumo responsable.(…)
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