Hoy en día, el negocio turístico global está dominado por unos cuantos consorcios que operan a escala transnacional y que acceden no sólo a los viajeros sino también a los alojamientos y a los transportes. Cada vez más operadores de viajes y regiones turísticas intentan penetrar el mercado global con ofertas similares, y la competencia despiadada proveniente de esta situación genera un descenso en los precios en perjuicio de pequeños y medianos ofertantes en el Sur y Norte que optan por modelos turísticos más sostenibles.
En los países receptores, el turismo es, por un lado, un elemento prometedor para la mejora de la situación laboral y para el desarrollo económico; no obstante, al mismo tiempo, es causante de muchos problemas sociales, culturales y ecológicos. Una alta carga laboral, dependencia de las temporadas y falta de protección social, son algunas de las características típicas de las relaciones laborales en este sector. Durante la actividad turística, además, se comercia gratuitamente con el medio ambiente global y local, cuyo desgaste nunca se suma al precio del viaje.(…)
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