Desde este prisma, la aportación de las personas voluntarias a la sociedad es indispensable para que podamos cubrir dignamente las enormes carencias que, a día de hoy, siguen existiendo en el nuestro y en otros países. Pero, además, la sociedad sigue demandando a las ONG un trabajo que cada vez tiene más profesionalidad y por ende más crédito; sigue esperando, con su apoyo económico, que las personas voluntarias continúen dedicando su tiempo y esfuerzo al compromiso solidario; y lo hacen desde el deseo de que la independencia, la transparencia y la libertad sea su verdadera razón de ser. Pero esta independencia y libertad en los objetivos y misiones de cada organización se logra sin las ataduras que pueden llegar a significar una única vía de financiación. Por ello es tan importante que el segundo sector, las empresas privadas, asuman un compromiso a medio y largo plazo con las entidades del tercer sector.(…)
Aún hay recelos que deben superarse y posibilidades que deben verse en todo su esplendor. En este sentido, también hay organizaciones no lucrativas que contemplan como espurio y contrario a sus objetivos un compromiso con las organizaciones lucrativas.
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