¿Cuál cree que es la situación actual de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en las pymes españolas?
En el caso de las pymes, la RSE suele estar ligada a los valores personales y a las actitudes empresariales de sus propietarios o gerentes. Así que, dada la cercanía de éstos a su territorio y a los grupos de interés con los que se relacionan, yo diría que en general es bastante buena. Lo que les hace falta es ponerla en valor y gestionarla de forma consciente y planificada. Ahí es precisamente donde debemos intervenir las administraciones e instituciones públicas, en incentivar y promover que conozcan las ventajas de incorporar esa RSE en sus estrategias comerciales y empresariales.
¿De qué manera está afectando la crisis económica al desarrollo de la Responsabilidad Social entre las pymes españolas?
Pues aunque pueda parecer paradójico, en una época de dificultades como la actual puede resultar más fácil trasladarles el mensaje de que la visualización de buenas prácticas ligadas a la RSE pueden suponer una oportunidad para rentabilizar los esfuerzos que realizan en ese sentido y una vía muy interesante para diferenciarse de sus competidores.
La Dirección de Pymes cuenta con varias iniciativas de estímulo de la RSE entre las pequeñas y medianas em¬presas como el Programa de RSE-PYME. ¿Cómo valora la contribución de estas ayudas? ¿Qué cree que se debería mejorar en este ámbito?
La iniciativa más reciente que hemos puesto en marcha ha sido el programa ‘RSE-PYME’, cuya primera convocatoria de ayudas se publicó en abril de este mismo año. Si consideramos que se recibieron alrededor de 300 solicitudes para la financiación de planes de actuación que involucraban a cerca de 3.500 pequeñas y medianas empresas, yo diría que el éxito de la convocatoria ha sido, sin duda alguna, incuestionable.
Otra cuestión diferente ha sido la del presupuesto disponible, que sólo nos ha permitido atender un porcentaje reducido de esas solicitudes.
Pero, en todo caso, lo cierto es que al tratarse de ayudas que se canalizan a través de organismos que agrupan un número elevado de empresas con características muy similares, el efecto de arrastre en el conjunto de los sectores y colectivos de éstas puede considerarse muy importante.
Durante los últimos años se han incrementado el número de iniciativas de impulso de la RSE entre las pymes españolas por parte de las administraciones autonómicas y locales ¿Qué le parecen este tipo de actuaciones? ¿Son suficientes?
Teniendo en cuenta que el número de pequeñas y medianas empresas en España supera ampliamente los tres millones, creo que todas las actuaciones e iniciativas que se desarrollen en este ámbito son pocas; y no me refiero ya sólo a las realizadas por las administraciones públicas, sino que incluyo también las desarrolladas por las instituciones privadas que, de forma cada vez más proactiva, realizan una extraordinaria labor en este campo.
¿Cuál es su opinión al respecto de estas iniciativas privadas? ¿Cree que se deberían fomentar más las alianzas público-privadas en este ámbito?
Los comportamientos y modelos de desarrollo económico sostenibles no son algo que nos concierna de forma exclusiva a las administraciones, así que cualquier iniciativa que potencie las sinergias entre actividades del sector público y del sector privado en esta materia me parece sumamente positiva, aunque sólo sea porque de entrada supone ya una nueva vía para explorar enfoques y soluciones diferentes.
¿Cómo considera que va a contribuir la Ley de Economía Sostenible al impulso de la Responsabilidad Social entre las pymes?
En una norma en la que, como sabe, se abordan muchos de los cambios necesarios para incentivar y acelerar el desarrollo de los elementos más sólidos y estables de nuestro tejido productivo, la promoción de la Responsabilidad Social entre las empresas adquiere una significación muy relevante, algo que en el caso de las pymes conllevará un efecto incentivador muy positivo.
¿De qué manera la Administración central prioriza a las pymes responsables en la contratación pública?
La ley de contratos del sector público permite la introducción de criterios de naturaleza social y medioambiental en las condiciones de ejecución de los contratos, y prevé, además, que el incumplimiento de estas condiciones dé lugar a su resolución o a penalizaciones económicas proporcionadas al incumplimiento. Se trata de mejoras importantes que afectan a todas las empresas en general, y a las pymes en particular, aunque formalmente no puedan considerarse como una priorización específica para ellas.
Desde multitud de foros de la Responsabilidad Social se habla de la necesidad de que las grandes empresas contribuyan a difundir la RSE entre sus proveedores, muchos de ellos pymes. ¿Cuál crees que es el grado de estímulo de la RSE de las grandes empresas hacia las pymes en España?
Creo que en nuestro país las grandes empresas son cada vez más conscientes de que compartir con sus proveedores una cierta parte de su know-how, o apoyar su capacitación con un enfoque de Responsabilidad Social puede resultarles muy útil para fortalecer la competitividad de la cadena de valor productiva. Esto se hace aún más evidente, y de hecho se tiene mucho más en cuenta, cuando se trata de competir en mercados internacionales.