¿Cómo vivió aquel accidente?
Bueno, es algo que no esperas que ocurra. Llega sin avisar y sin libro de instrucciones. Al principio pensé que el mundo se había terminado, que no sería capaz de afrontar un cambio de este tipo y tuve un bajón moral importante. Pero luego, a medida que fue pasando el tiempo, vi que todo se podía solucionar en parte, que podía recuperar la autonomía, que podía moverme por mi mismo y podía hacer muchísimas cosas. A raíz de esto fue remontar hasta ahora.
¿Tenía claro que iba a seguir compitiendo?
No. El hecho de que en 2009 volviera al Dakar con un coche con las adaptaciones necesarias para mí, fue una sorpresa. Me ofrecieron el proyecto, yo me encontraba bien, físicamente volví a trabajar muchísimo y quise aprovechar la ocasión. Fui al Dakar, fue una gran experiencia que sirvió también para darme cuenta de que tenemos que desarrollar un vehículo que me permita realizar la carrera en condiciones. También se tuvieron que hacer modificaciones en el coche para que fuese más competitivo.
¿Qué sintió en su primera carrera, después de todo?
Fue genial. Cuando estuve sentado en el coche, dentro de la pista, fue como si no hubiera ocurrido nada. El hecho de ir en moto aporta muchísimo, y al subir al coche, incluso me parecía que no iba deprisa, como si estuviera paseando. Fue muy bueno y, a parte, encontrarte con toda la gente, volver al mundo de las carreras… Guardo un gran recuerdo.
¿Cuáles son las verdaderas diferencias entre el deporte paralímpico y el normal?
El deporte paralímpico es algo que admiro y que consigue una integración social de las personas discapacitadas. El tema de esforzarse para conseguir objetivos… creo que el deporte es la gran herramienta universal para superar objetivos. En mi caso, al competir no encuentro que sea necesaria una categoría especial para gente discapacitada. De hecho, lo que más valoro es competir con mis compañeros, con los que corría antes. Antes íbamos en moto y muchos de ellos se han pasado al coche. Cuando estoy sentado en el coche, no creo que haya ninguna diferencia. Puedo ir rápido como si condujera, en parte, con las piernas. Lo único que, cuando hay problemas en la pista no puedo ayudar. Me gusta que no haya una categoría a parte, que corramos todos juntos y que al final, cojas la hoja de clasificación y veas que has quedado el 21 de la máxima y élite del motor.
¿Cree que las administraciones públicas muestran el suficiente apoyo al deporte paralímpico?
Creo que sí. No lo conozco en su plenitud pero considero que actualmente hay Juegos Olímpicos, Campeonatos del Mundo… Seguro que siempre se puede hacer más, no solo en este campo sino en todos. Pero creo que en este momento la sociedad está muy concienciada con el tema de la discapacidad y las administraciones también.
¿Qué opina de la RSE de las empresas?
Esto es un departamento que años atrás ni existía. Creo que es un gran paso que ahora esté este departamento y que en el presupuesto anual de una empresa haya un apartado para la RSC y la acción social. Pienso que es importante porque gracias a eso hay iniciativas como ésta de Repsol. Gracias a esto, a los deportistas que tenemos algún tipo de discapacidad nos ayudan con el patrocinio. Y además, gracias a esto, también las fundaciones pueden crear proyectos que nos ayudan. Lo valoro muy positivamente.
¿Qué opina de “Recapacita”, el proyecto de la Fundación Repsol que tiene como objetivo contribuir a la integración de las personas con discapacidad?
Considero que la magia de esta carpa (que es un espacio interactivo que invita a participar en un “circuito de los sentidos”, que muestra mediante una serie de actividades en las que los participantes se ponen en el lugar de una persona con discapacidad, las dificultades que este colectivo encuentra en la vida diaria) es que los jóvenes y no tan jóvenes puedan vivir en primera persona cuáles son las dificultades y salgan de aquí de una forma diferente de la que han entrado. Que los padres vean esto como una carpa en la que pueden dejar a sus hijos para vivir sus experiencias y que los hijos las vivan luego con sus padres. Que salga la familia entera de la carpa con otra visión de cuáles son las dificultades de la gente discapacitada. Eso es lo genial de esta carpa.
¿Cómo fue que te eligieran para formar parte del proyecto?
Tuve un pasado en el mundo de las motos, donde estuve cuatro años en el equipo Repsol compitiendo en rallys. Formaba parte de este equipo, vivimos muchas experiencias, por tanto es parte de mi familia aunque luego estuviera en otros equipos. Lo importante son las personas. Repsol está en el mundo de la competición y en el del deporte; que ahora esté de nuestro lado para iniciativas como esta o las que vengan, es genial.
Proyectos de futuro…
Presentamos nuestra fundación en Barcelona la semana pasada, la Fundación Isidre Esteve, que busca la integración social y laboral de la gente discapacitada a través del deporte. Queremos desarrollar material para mejorar la calidad de vida de las personas discapacitadas. Personas en silla de ruedas, propensos a tener problemas… vamos a trabajar en este sentido. Ahí tenemos dos proyectos propios y dos más con otras fundaciones. Es algo ilusionante, creativo, que permite intentar dar respuesta a preguntas que en nuestro caso nos hacemos.