¿Merece la pena ayudar a los demás?
Claro que sí. Sin embargo, a veces nos tienen que explicar por qué. Y es que a menudo damos una imagen del ser humano como muy egoísta, muy centrado en salvarse a sí mismo. Pero no es así, todos tenemos también una parte empática, necesitamos conectar con los demás. Y es que vivimos en redes sociales, algo que no sucede con ningún otro animal. Cuando le damos la espalda a alguien, pagamos un precio altísimo. Realmente, es muy difícil ser feliz si no estás conectado, y es muy complicado estar conectado sin preocuparte y sin ayudar.
¿Cómo podemos conseguir la felicidad?
El dinero es muy importante solamente hasta cubrir tus necesidades básicas. A partir de ahí pierde mucho valor. Lo que cobra muchísima relevancia en la vida del ser humano son los afectos; se comprueba una y otra vez que los seres humanos conectados con amigos, familia, es decir, con la sociedad, son mucho más felices. Viven mejor, su salud es mejor… Esto llama la atención porque, sin embargo, vivimos en una sociedad donde a medida que envejeces vas perdiendo apoyos, amistades, etc. Ante esta situación, no queda más remedio que intentar darle la vuelta a la tortilla para ver de qué forma podemos priorizar esto en detrimento de aquello a lo que le damos importancia ahora: a la acumulación de bienes materiales. Es cierto que hasta un punto es importante tener lo que uno desea, pero una vez cubiertas las necesidades básicas, deja de serlo. Ayudemos a las personas a saber cómo rodearse de amigos, creemos sociedades donde eso sea posible y fácil. Eso resolvería muchos de los problemas de déficit de felicidad que tienen las personas.
Si todos somos responsables para/con la sociedad, ¿cree entonces que la Responsabilidad Social Empresarial es
una buena forma de ayudar?
Creo que tiene que haber una revolución en relación a la Responsabilidad Social Empresarial. No podemos tener elementos en la sociedad que no den una buena parte de lo que pueden dar. Y no estoy hablando de dinero, me refiero también a la forma de tratar a las personas, a asegurarse de que los trabajadores pueden conciliar su vida laboral con la personal, a fomentar el bienestar emocional, para tratarse así bien entre sí…
Como la RSE es algo que pertenece al mundo empresarial, entiendo que las compañías tienen que hacerlo de una forma pragmática, práctica, pero sin olvidar que esto tiene implicaciones en el rendimiento de las personas, en su creatividad.
Es decir, una persona feliz es más creativa, apoya más a sus compañeros de trabajo… Yo creo que la cultura empresarial está cambiando, estamos yendo hacia este camino. De la misma manera que en las escuelas estamos implantando habilidades sociales y emocionales, en las empresas vamos a hacer lo mismo. Y vamos a ver qué ayuda a la empresa. No sólo se trata de dar, no es únicamente la compañía la que le da algo a la sociedad, sino que la sociedad también le devuelve algo a la empresa. Evidentemente, tiene que ser un dar y tomar, no puede ser que todo lo den unos. Pero sí, creo que en los próximos años va a cambiar mucho la cultura empresarial.
La entrevista completa la encontrarás en la revista Corresponsables nº 26. ¡Suscríbete aquí!