Más de 14 millones de kilos de alimentos recaudados en la Gran Recogida… ¿qué balance hace?
La respuesta de la gente ha sido espectacularmente solidaria. La verdad es que gracias al apoyo de las empresas y de los medios informativos, el mensaje ha calado y dadas las circunstancias por las que atraviesa un sector de la sociedad española esa respuesta solidaria se ha volcado con los que más lo necesitan. Nosotros, el equipo que integramos los bancos de alimentos y la Federación de Bancos de Alimentos hemos sido solo un eslabón de esa cadena. El éxito es de la sociedad española que ha mostrado una vez más su capacidad de dar lo mejor de sí misma cuando las circunstancias lo exigen.
¿Cómo ha influido la crisis en el Banco de Alimentos?
Los Bancos de Alimentos han experimentado en los dos últimos años un aumento de aproximadamente un 40% de entidades asociales y caritativas que desean recibir alimentos para ayudar a más personas. Desgraciadamente las necesidades han aumentado más que nuestra capacidad de conseguir alimentos. Aunque el incremento entre 2010 y 2012 ha sido de un 20% más de alimentos obtenidos, no podemos atender a todas las necesidades. Por ello y por el tipo de alimentos no perecederos que llegan mediante esta ‘gran recogida’ podremos aumentar la calidad de la dieta entregada y el número de personas a las que podremos llegar, unas 120.000 más del millón trescientas mil a las que llegan nuestras donaciones de alimentos a través de más de 7.000 asociaciones que luchan contra la exclusión social.
Se ha incrementado la demanda, el número de voluntarios…¿También la cantidad de empresas colaboradoras?
Ese incremento del 20% en los alimentos que obtenemos se debe fundamentalmente al esfuerzo mayor y a la incorporación de nuevas empresas dispuestas a ayudar a la labor de los bancos de alimentos. Voluntarios, salvo en puntos o momentos concretos, no faltan. Supongo que la experiencia de esta gran recogida de alimentos y el movimiento de voluntariado que se puso en marcha, facilitará en el futuro cubrir las necesidades de voluntariado que haya, tanto en los bancos de alimentos como en las Operaciones Kilo que se organizan periódicamente.
Hay quien opina que garantizar necesidades básicas como la alimentación debería ser obligación del estado. ¿Hasta qué punto la labor del Banco de Alimentos debería recaer en la administración?
Los bancos de alimentos son una iniciativa surgida de la sociedad civil que intenta acudir allí donde hay un problema con una forma de actuar muy concreta que podríamos resumir en gratuidad, transparencia, profesionalidad. Son organizaciones apolíticas y no confesionales y pueden funcionar gracias a que menos de un 2% de las más de 2.000 personas que en ellos trabajan son personal remunerado. Esto significa, en cifras, que por cada euro físico que gastamos en el funcionamiento de los bancos de alimentos, entregamos gratuitamente alimentos por valor de 100 euros y es poquísimo lo que esos costes puedan afectar a los presupuestos del Estado o de las Autonomías. Veo muy difícil que ese rendimiento social lo pueda imitar el Estado o una administración pública en las mismas condiciones, pero en cualquier caso es una decisión política. Desgraciadamente, y quien haya sido observador en cualquier país desarrollado lo puede comprobar, siempre hay bolsas de pobreza y marginación a las que los servicios sociales del Estado les es difícil llegar y es ahí donde siempre un banco de alimentos puede cumplir una función de forma eficaz.
En España existe toda una red de entidades que colaboran con el Banco de Alimentos y que se encargan de distribuir entre los colectivos más desfavorecidos los alimentos recaudados. ¿Qué criterios se tienen en cuenta en la selección de estas entidades?
Nuestro único criterio es que sean entidades oficialmente reconocidas y que cumplan una serie de requisitos de idoneidad técnica en la conservación de los alimentos que reciben. El compromiso de que esos alimentos que reciben gratuitamente los den de forma gratuita es absolutamente determinante. Los bancos de alimentos mantienen buenas relaciones con esas entidades y periódicamente son visitadas por personal de los mismos para ver sus necesidades y cómo colaborar lo mejor posible a sus fines de ayuda.
El Gobierno ha anunciado que trabaja en una Ley del Voluntariado para dotar de un marco legal a esta actividad. Como entidad del Tercer Sector que es la FESBAL, ¿qué aspectos considera que debería regular esta normativa?
Personalmente, no estoy muy implicado en los problemas del voluntariado, pero hay un aspecto jurídico muy importante que intentamos obtener de las autoridades competentes y es el de la puesta en vigor de una ley que limite la responsabilidad civil de un voluntario ante posibles consecuencias no esperadas en una acción de ayuda voluntaria. Es lo que suele entenderse como la Ley del Buen Samaritano que ya existe en países como Estados Unidos, México o Italia y que facilitaría, entre otras cosas, no solo la promoción del voluntariado sino la base para una mayor obtención de alimentos.
¿En qué proyectos de futuro trabajan actualmente?
Muchas empresas nos presentan proyectos de ayuda con iniciativas muy diversas que analizamos con agradecimiento y cuidado para mantener el espíritu que anima a los bancos de alimentos.
Un área a promover iniciativas es, sin duda, la de las nuevas tecnologías que tienen la posibilidad de las más diversas iniciativas en apoyo de los bancos de alimentos. Un proyecto que se ha puesto en marcha recientemente es el de la creación de una Cátedra Bancos de Alimentos en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos con el objetivo de ayudar a crear una mentalidad, en los diversos niveles de la enseñanza y de promover un consumo responsable de los alimentos. Y por supuesto seguir profundizando en el contacto y buenas relaciones con las empresas de distribución alimentaria y producción de alimentos que son el núcleo fundamental de nuestras fuentes de obtención de alimentos.