Ante esta situación, nace el proyecto Patrocina un Deportista , que consiste básicamente en crear una red de 3000 PYMES y entidades españolas que por una pequeña contratación anual apoyan a 20 deportistas de deportes individuales: tiro olímpico, tenis de mesa, piragüismo, natación, judo, ciclismo en pista, tiro con arco, atletismo (salto de longitud, maratón, 1500, lanzamiento de disco), salto de trampolín, taekwondo, boxeo, esgrima, gimnasia y triatlón.
Aunque es evidente que en esta aportación hay un alto componente de “apoyo” o “ayuda”, estoy convencido de una de las ideas principales transmitidas por los expertos en las 49 Jornada Corresponsables de este año en Madrid: la RSE ha de estar integrada en las cuentas de la empresa. La empresa (y las PYMES y autónomos son más empresas que nadie) ha de ver reflejada en su cuenta de resultados su dedicación a la RSE o no será sostenible en el tiempo (en cuanto llegue la más mínima crisis, dejará de participar).
Por eso, cuando diseñamos el proyecto, teníamos claro que la empresa debía recibir más de lo que daba y creemos, modestamente, que lo estamos logrando.
Pero, hay más. Creemos que cualquier trabajo que llevemos a cabo que ayude a transmitir el deporte individual olímpico a la sociedad es una gran manera de aportar a la misma. En dos sentidos. Primero en el de difundir los valores olímpicos a la sociedad y a las organizaciones empresariales: compañerismo, esfuerzo, constancia, etc.
El segundo en que ayudamos a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos del mundo a través de la difusión de la práctica deportiva (cuantos más éxitos deportivos tiene un país, más deporte se hace). Esto va a ser importante sobre todo en el mundo occidental donde la esperanza de vida no para de subir y donde lograr que nuestros ciudadanos tengan mejor forma física va a ser vital para mantener el equilibrio económico de nuestro sistema sanitario, del sistema de pensiones y, sobre todo, nos va a permitir ser más felices durante más tiempo.