Las necesidades sociales son inmensas: salud, mejores viviendas, nutrición, ayuda a los mayores, seguridad financiera, menores daños al medio ambiente, etc. Pero si hay un desafío al que se enfrenta la sociedad española, este es la disminución del paro estructural, el cual debe ser la prioridad de Gobierno, empresas y representantes de los trabajadores, máxime teniendo en cuenta que la sostenibilidad de un modelo productivo y el éxito de mercado empresarial está estrechamente conectado con la salud de la sociedad en la que opera.
En un país en el que una cuarta parte de la población activa está desempleada, una empresa que quiera ejercer su actividad de manera responsable debe tener claro que su primer compromiso ha de ser favorecer la creación de empleo. En Orange así lo creemos y por ello, si nuestros esfuerzos en materia de RSC se miden por nuestra contribución a la sociedad, no hay mayor aportación que podamos hacer en estos momentos que ayudar a que cada vez más personas tengan un trabajo, favoreciendo al mismo tiempo la recuperación del país a través del crecimiento del consumo.
Esta apuesta por España y su futuro no es nueva para Orange. Desde su llegada hace ya 15 años, ha demostrado la importancia que concede a este país a través de la inversión de más de 15.000 millones de euros y la creación de más de 20.000 puestos de trabajo, directos e indirectos. Solo en 2012 ya incrementamos nuestra plantilla en cerca de 1.000 personas, gracias a la internalización del centro de atención al cliente en Oviedo. Con ello, y según los últimos datos de la CMT (hoy CNMC), Orange es el único entre los grandes operadores que creó empleo directo entre el 2º trimestre de 2012 y el mismo periodo de 2013, incorporando casi 1.100 personas a la plantilla.
Sin embargo, somos conscientes de que, siendo ésta una buena aportación, aún no es suficiente, pues en España casi un 55% de los jóvenes carece de trabajo, ocupando un triste segundo lugar en este apartado dentro de la UE. Son muchas las empresas que han desaparecido y las que sobreviven no pueden absorber por sí solas semejante volumen de trabajadores. Se hace, por tanto, imprescindible ayudar a que los jóvenes emprendedores lleven adelante sus ideas, creen nuevas empresas y también nuevos trabajos, evitando así, además, la fuga de talento y la consiguiente pérdida de valor de nuestra sociedad.
El impulso que desde Orange queremos dar a esta vocación se ha materializado en primer lugar, en nuestra adhesión a la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016, impulsada por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, con nuestro proyecto ‘StartPFC’, una innovadora iniciativa que nace con el objetivo de ir más allá de la formación explícita o al apoyo institucional. Nuestro objetivo es inculcar el espíritu emprendedor, la cultura del esfuerzo a través del ‘currículo formativo’ de nuestros universitarios de igual forma que se les capacita técnicamente, y darles la oportunidad de la puesta en escena a través de su Proyecto Fin de Carrera. Porque no se trata de alentar de nuevo otra ‘burbuja’ como la que ya vivimos en el año 2000, sino de crear las condiciones o caldo de cultivo necesario que la sociedad demanda. Su éxito será el de todos.
Motivación, confianza, autonomía, responsabilidad y tenacidad son actitudes que definen el perfil de éxito del emprendedor. De poco o nada sirve el dinero en torno a ideas de negocio si su viabilidad queda comprometida con anterioridad a su puesta en marcha por una falta actitudes ante el entorno y frente al proyecto empresarial.
Dado que el panorama laboral ha cambiado drásticamente, es obligado adecuar los conceptos de emprendedor y empleabilidad como herramientas para incorporar a la sociedad a nuestros jóvenes.