¿Cómo ha evolucionado la semana de la mujer desde su primera edición?
Gracias a compartir actividades, compartir protagonismo y compartir lo que nos une y no lo que nos separa, ‘La Semana Internacional de La Mujer’ se ha convertido en un referente en Madrid y en Marzo, así como en otras ciudades. Hemos sido capaces de involucrar a los agentes implicados en el cambio, instituciones, empresas, asociaciones y personas porque así lo hemos querido, porque así lo necesita la sociedad, porque no queremos ser protagonistas queremos cambiar las cosas y todo el que pueda aportar y venga a unir se encontrará las puertas abiertas.
La Semana Internacional de la Mujer nació con el objetivo de sensibilizar a la sociedad, es un foro de pensamiento abierto sobre la MUJER ACTUAL que sitúa sus prioridades en las reivindicaciones comunes al mundo de la Mujer, la Igualdad y la Diversidad. Nacimos con la clara intención de aunar esfuerzos entre instituciones, asociaciones, empresas y personas con un mismo objetivo: la Igualdad.
¿Qué novedades presenta esta edición?
Las novedades de este año, en un contexto económico y político como en el que nos encontramos, son muchas. Tendremos un día dedicado al liderazgo en el que contamos con políticas, directivas y mujeres en la cultura. Precisamente para ver esa evolución creciente.
Hemos creado un espacio de emprendimiento moderno, con un formato nuevo en el que una líder comparte con seis emprendedores sus inquietudes y sus experiencias alrededor de una mesa, pero que al cabo de una hora pasan a hacer lo mismo con un nuevo empresario de éxito. También hemos creado un homenaje a las madres emprendedoras, blogueras, un encuentro y reconocimiento por su labor como madre y como emprendedoras.
Este año hablamos del respeto que los medios de comunicación han de mostrar en asuntos de igualdad, en el trato de las Mujeres y contamos con la participación de DIRCOM, con los directores de Comunicación que son parte implicada en este cambio. Y siempre tenemos un espacio para la calidad de vida y la Salud.
¿Cómo puede el Estado y el mundo empresarial impulsar el liderazgo femenino?
Primero, siendo consciente de la Desigualdad, analizando la empresa con ojos de cambio, de compromiso, valorando el talento, no el género.
Implicando desde el presidente de la compañía al becario con un proyecto diseñado desde la Igualdad. Implicando a todos los departamentos de la organización, mostrando las ventajas de tener una cultura empresarial basada en la Igualdad y la diversidad, enriqueciendo la cuenta de resultados a través de la gestión de intangibles, que son los más tangibles de todos en una sociedad que pide Igualdad.
Según un estudio elaborado por el Instituto Internacional de Ciencias Política, la mayoría de las medidas tomadas actualmente en el mundo laboral para favorecer la conciliación entre vida privada y trabajo alejan a la mujer del mundo del trabajo. ¿Cómo se frena esta situación?
La clave está en racionalizar los tiempos y horarios. Es la única solución, mantener una cierta organización en la gestión de los tiempos de los empleados. No alarguemos las reuniones, mantengamos un horario coherente para poder conciliar. Pero esto no es solo para las Mujeres, los hombres también tienen derecho a llegar a casa a una hora prudente y disfrutar de sus hijos, de su familia, amigos…
¿Qué impide la conciliación?
Quizás sea tan sencillo como fusionar la conciliación con la corresponsabilidad, la corresponsabilidad personal y familiar con la corresponsabilidad de las organizaciones.
No hay conciliación sin corresponsabilidad.
Retos actuales de la mujer en el mundo laboral.
Los retos son los mismos de siempre porque, aunque se avanza, el cambio no ha llegado a ser notorio todavía. Tenemos que romper los estereotipos que encasillan a la mujer en ciertos perfiles profesionales, conseguir que la remuneración económica esté equiparada según el trabajo realizado y no penalizar a la mujer con una remuneración menor. Las empresas tienen que estar más comprometidas con la Igualdad, tenemos que conseguir que la RSC sea motor de cambio y empuje para conseguir una sociedad más justa y, por ende, más igualitaria.
Aún nos queda un largo camino por recorrer, de saltar obstáculos que poco a poco vamos logrando vencer. Lo que queda patente es que ya tenemos conciencia del problema, estamos más sensibilizados y eso en sí mismo es un avance, porque una vez que somos capaces de reconocer que existe esa desigualdad, entonces seremos capaces de poder solucionarlo.