Sin embrago, estas dificultades en la mayoría de los casos no se relacionan de manera directa con las capacidades del trabajador, sino con la percepción social de lo que significa la enfermedad mental. En otras palabras, estos trabajadores se enfrentan directamente a la barrera del estigma.
Si prestamos atención a los titulares recientes, podríamos concluir que las personas que han recibido un diagnóstico de algún tipo de trastorno mental no están en disposición de trabajar. Ateniéndonos a las noticias que hablan de muertes violentas, accidentes aéreos, etc., la conclusión evidente es que hablamos de personas que no están en capacidad de enfrentarse a una realidad formativa o laboral. Sin embargo, los datos objetivos revelan lo contrario. No hay que olvidar que, en ocasiones, los informativos desvelan lo peor de nuestra sociedad, y por ello quedan en el olvido todas aquellas personas con diagnóstico de enfermedad mental que consiguen y mantienen sus empleos, son productivos para la empresa y para la sociedad, aportan un valor añadido al trabajo y mejoran a través del mismo su calidad de vida. Para hacerles de nuevo visibles, vamos a aportar datos reales.
La Red de Centros de Rehabilitación Laboral de la Comunidad de Madrid, incluida en la Red de Atención Social a Personas con Enfermedad Mental, tiene como objetivo potenciar la integración laboral de trabajadores y trabajadoras atendidos en los servicios de salud mental, fomentando sus vínculos con el mundo laboral y facilitando así una participación social efectiva de estas personas.
Ofrece a las empresas servicios de preselección gratuita de candidatos, asesoramiento, seguimiento y apoyo continuado para garantizar la inserción efectiva de los trabajadores, que previamente han adquirido o recuperado capacidades para el empleo apoyados por los equipos multiprofesionales que conforman los Centros. Los resultados de los Centros de Rehabilitación Laboral en el año 2014 hablan por sí solos:
- El 50% de los candidatos que acceden a los Centros consigue un empleo.
- El 53% de estos empleos son en jornada completa.
- En el 89% de los casos, los trabajadores siguen trabajando en la empresa, o bien finalizan sus contratos sin incidencias o deciden finalizar su relación laboral por mejora de empleo.
Las bajas del empleo por descompensación de la enfermedad son prácticamente inexistentes, y sólo aparecen un 2% de despidos.
A la luz de estos datos, se deduce con facilidad que la imagen social de la enfermedad mental perjudica seriamente, no sólo a los trabajadores que padecen este tipo de dificultades, sino a las empresas que, por miedo o desconocimiento no incorporan a estas personas en sus plantillas.
Si hablamos de datos cualitativos, la experiencia de las empresas colaboradoras con los Centros de Rehabilitación laboral nos devuelve que generalmente resultan sorprendidas porque el rendimiento del trabajador es mucho mejor del que esperaban, consideran que mejora el clima laboral de la empresa al incorporar la diversidad funcional en sus plantillas, y continúan la colaboración con los Centros de Rehabilitación Laboral, considerándolos una fuente fiable de reclutamiento de candidatos con Discapacidad.
Por todo ello, la experiencia avala la inserción laboral de trabajadores con diagnóstico de enfermedad mental en la empresa ordinaria, no sólo por los beneficios económicos que comporta (reducciones en el impuesto de sociedades, bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social…), sino porque supone una mejora evidente en las políticas de Responsabilidad Social Empresarial.
Los retos actuales a los que empresa y trabajadores con diagnóstico de enfermedad mental se enfrentan son fundamentalmente visibilizar estas relaciones laborales fructíferas, superar el desconocimiento del colectivo y gestionar adecuadamente el tratamiento y protección de datos tanto en las entrevistas de selección como en el desarrollo del empleo.
Debemos asumir que una persona con diagnóstico de enfermedad mental en una empresa es un trabajador, no un discapacitado, y desde ese punto de vista seleccionar trabajadores adecuados, proporcionar ambientes laborales efectivos y aprovechar al máximo el potencial de estos empleados. Solo así la discapacidad se convierte en capacidad. Por ello, desde la Red de Centros de Rehabilitación Laboral de la Comunidad de Madrid, animamos a las empresas a saltar la barrera del estigma y el desconocimiento e incluir en sus plantillas trabajadores capaces, eficientes y que aportan a la compañía un valor añadido. Los datos avalan la experiencia, el reto está en manos de todos.