A este concepto sencillo le incorporas marcas tan familiares como Dr Martens o Patagonia y te das cuenta que todo esto ya estaba aquí. Escribiendo esto recuerdo que hace unos meses pasó mi madre unas semanas en casa con nosotros y pude ver con el cuidado que lavaba y doblaba la ropa. Parecía nueva.
Poco después de ver este artículo hablo con un amigo y me cuenta que este domingo, el programa Salvados de Jordi Évole trataría sobre la industria del fast fashion. No sé si llamarlo casualidad. Un sector, dos maneras de abordarlo con muchas empresas y personas involucradas. Pienso en Zara, pienso en Patagonia, en el sastre Lander Urquijo, pienso en esos trabajadores y trabajadoras de Vietnam. Pienso en mí, mi armario y en mi responsabilidad.
¿Podemos mirar para otro lado? ¿Todavía no sabemos que los números no cuadran en una prenda de 10€? ¿Todavía necesitamos más camisetas? ¿Todavía no asumimos nuestra parte de responsabilidad? Se me viene a la cabeza IKEA y el universo que está empezando a explorar con la reparación de muebles. Porque, no nos engañemos, eso de cambiar de sofá cada tres años es tan ridículo como comprar un bolso cada dos meses.
Pensando en todo esto se me viene la cabeza nuestro último Diálogos en La Granja. Crecimiento: ¿Se puede crecer sin crecer? Te invito a que te descargues las conclusiones. Te anticipo que sí se puede, pero debemos asumir nuestra cuota de responsabilidad. Y claro, sigo pensando. Y aparece nuestro próximo Sustainable Brands Barcelona donde, entre otros, vendrá Gerd Manz, vicepresidente de innovación de Adidas Group, Anna Maria Rugarli, directora de sostenibilidad de Timberland o Bert van Son, fundador y CEO de Mud Jeans. Una empresa de vaqueros pionera en aplicar el leasing como modelo de negocio para la ropa. Quién lo iba a decir. Ya no nos compraremos unos vaqueros, sino que podremos alquilarlos y luego devolverlos para que los use otro o se reciclen para fabricar el próximo par de pantalones que podrás usar tú.
Lo siento, no puedo parar de pensar. Calles iguales allá donde vas, personas uniformadas con la misma camisa. Una tienda tras otra, tras otra, tras otra. Cadenas de ropa que se mezclan en armonía porque saben que hay cuerpos y mentes para todos. Denunciemos, cuestionemos, aprendamos, premiemos, castiguemos. Disfrutemos. Un sector, dos maneras de abordarlo. Una decisión: la tuya y la mía.