A nivel mundial, el 68,3% de los usuarios de Internet también lo eran de redes sociales en 2016 y las cifras siguen aumentando. Ese mismo año, más de tres cuartas partes de la población de Estados Unidos tenía un perfil en alguna red social y en España, el 86% de los internautas españoles de 16 a 65 años utilizan estas plataformas, lo que representa más de 19 millones de usuarios en nuestro país, según muestran los datos del último Estudio Anual de Redes Sociales de IAB Spain.
Frente a estas cifras, asociaciones y colectivos buscan la concienciación ambiental activamente en las redes sociales para difundir sus programas y movilizar a los usuarios. Entre las redes sociales que más utilizan estos colectivos se encuentran Facebook, Instagram y Twitter, dado el gran número de usuarios activos que las utilizan diariamente y el gran alcance que tienen las campañas publicitarias en estas plataformas.
Según datos de Adglow, en los últimos años se ha experimentado un aumento de un 48% en las campañas publicitarias en redes sociales que buscan la concienciación ambiental de los usuarios.
Grandes organizaciones como Greenpeace han hecho de las redes sociales su canal para difundir sus campañas sociales. Esta ONG, fundada en 1971 en Vancouver, Canadá, ha sabido sacar provecho a las redes sociales para llevar a cabo multitud de campañas de concienciación medioambiental. Actualmente, Greenpeace cuenta con más de cinco millones de seguidores en Facebook, Twitter, YouTube e Instagram, que siguen a la organización para estar informados de las acciones que está llevando a cabo y mostrar así su apoyo a la misma. El éxito de las campañas de esta organización reside en que se centra en invitar a sus seguidores a que sean parte de la causa.
Los hashtags, es decir, el símbolo “#” que sirve para clasificar temáticamente nuestro contenido, también son un elemento importante para las organizaciones de este tipo en las redes sociales. En general, las plataformas sociales han sido de gran ayuda en la difusión de causas y proyectos ambientales, y es, a día de hoy, el mejor canal de movilización social