“Camina una hora al día, bebe dos litros de agua, duerme un mínimo de ocho horas diarias”. Las prescripciones que antes podía darnos un médico, ahora se han convertido en mantras que nos llegan a diario a través de los especialistas del sector sanitario, los medios de comunicación o, incluso, de nuestro entorno laboral. Diarios como El País, La Vanguardia o El Mundo, entre muchos otros, cuentan entre sus rotativas con un suplemento de salud.
En la televisión, la publicidad se ha convertido para las grandes empresas alimentarias en una ventana a través de la que enviar mensajes saludables . En la misma línea, A3Media cuenta con Objetivo Bienestar, un entorno digital “cuyo fin es ayudarte a aprender a incorporar en tu día a día los hábitos y costumbres más saludables”, según indica la propia web. Por su parte, Coca-Cola cuenta en su web con la sección “Vida Activa”, a través de la que da consejos para tener una vida más activa. A nivel interno, una de las tendencias con más éxito en las empresas es la promoción y difusión de hábitos de vida saludables entre sus empleados .
Por otra parte, la salud, a través del deporte y la actividad física también se están convirtiendo en una forma de ocio y sino que se lo pregunten a los runners, que están en su apogeo e invaden las calles cada tarde con sus cascos para que la música les mantenga aún más activos. O a los grupos de patinadores que se reúnen una vez a la semana en zonas céntricas de la ciudad para patinar juntos. ¿Y qué decir de la comida sana? El boom de los cupcakes ha dado paso a la healthy food. Bloggers, instagramers y famosas que no se separan de sus green smothies y que comparten en sus bitácoras y a través de redes sociales recetas para llevar una vida más sana. Con este escenario de fondo es imposible cuestionar no admitir que la salud está presente en cada una de las esferas de nuestra vida: personal, laboral y social.
LA SALUD DE LOS DEMÁS
Más allá de pensar únicamente en nuestra salud y la forma de conseguir una mejor calidad de vida, mundo empresarial, social y administración pública también ponen el foco en la salud de los más desfavorecidos.
Es el caso de Plan Internacional, ONG que está “desarrollando campañas y programas orientados a promover y defender los derechos de la infancia” y que sostiene que “la salud pública es una línea prioritaria en nuestra organización y en nuestra política de Responsabilidad Social Empresarial”.
Desde SEUR aseguran que “la salud pública es, evidentemente, el centro de todo interés y toda actividad que, en el marco de la RSE, pueda llevarse a cabo, ya que todo lo que se realice en favor de la preservación del medio ambiente y de las buenas prácticas en su conjunto, beneficia directamente a las personas”. Así, a través de la Fundación SEUR, la compañía trabaja para “ayudar a los colectivos más desfavorecidos, sobre todo el segmento infantil, y en un gran número de casos en situaciones de extrema pobreza”.
La salud forma parte de la misión y valores de Unilever. Para la compañía, “un objetivo esencial es incrementar nuestro impacto social al asegurar que nuestros productos cumplan con las necesidades básicas de las personas. Todo lo que hacemos gira en torno a este planteamiento”. De hecho, la salud y el bienestar es uno de los principales pilares del Plan Unilever para una Vida Sostenible .
La preocupación de la Universidad Europea en materia de salud pública, nos explican “pasa por dar la mayor importancia a todos los aspectos de salud no sólo de nuestros empleados sino de toda la Comunidad Universitaria”. Así, la universidad cuenta con un “Servicio Médico para atender todas las necesidades mínimas de atención primaria, urgencias, e incluso hacemos seguimiento de patologías ya diagnosticadas”.
LA COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA, UNA PRIORIDAD
El hecho de que la salud invada cada una de las esferas de nuestra vida, implica también que la gestión de la salud por parte de los diferentes actores sociales sea una cuestión compartida. Es decir, el Centro de Salud ya no es el único actor en promover hábitos de vida saludable, también lo son las empresas, el Estado o las entidades del tercer sector que luchan día a día para garantizar asistencia sanitaria a los colectivos más vulnerables. En este sentido, para las organizaciones privadas, la colaboración público-privada es uno de los asuntos prioritarios en salud pública.
Plan Internacional pone el foco en “que se cumpla el derecho de los niños y niñas y jóvenes a la salud y en especial que estén bien informados en materia de salud sexual y reproductiva, incluido el tratamiento, cuidado y prevención del VIH”. En este sentido, señalan desde la ONG que “los gobiernos deben marcar en sus agendas los asuntos de salud pública como prioritarios, por la trascendencia de los mismos. Sin embargo, en demasiadas ocasiones estos gobiernos se ven incapacitados para enfrentar estos problemas. Aquí es donde entran en juego las organizaciones”.
En esta misma línea, para SEUR “es evidente que resulta imposible poder atender por parte de la sanidad pública y de las industrias farmacéuticas la innumerable cantidad de casos de enfermedades para las que aún no existen remedios específicos que puedan curarlas”. Por ello, “es ahí, entre otros espacios de necesidad, donde cabe la aportación del sector privado aunque su actividad esté muy alejada del ámbito de la medicina”, añade la compañía. Para Unilever, “cualquier asunto en materia de salud pública debe ser abordado de manera multidisciplinar para conseguir que entre todos se consigan los objetivos esperados. Desde el sector privado se pueden hacer colaboraciones con el tercer sector para promover un estilo de vida saludable”.
También la Universidad Europea se muestra a favor de las alianzas público-privadas para hacer frente a las cuestiones de salud pública: “Lo fundamental es la coordinación con las administraciones públicas tanto en la realización como en el seguimiento de las iniciativas de salud pública”. Además, la institución apuesta por “compartir las buenas prácticas que se realicen en cada empresa y trasladar los resultados de la gestión realizada”.