Símbolo de esperanza y progreso, las ciudades constituyen el elemento articulador más importante de nuestras sociedades. Aglutinando población, órganos de poder, empresas, instituciones económicas y educativas, constituyen los mayores centros de interacción humana y, por consiguiente, los principales motores del desarrollo y el progreso humano.
La Agenda 2030 de las Naciones Unidas nos recuerda que atender los temas de ciudad es una acción clave para la consecución del desarrollo sostenible, y dedica el ODS 11 a la necesidad imperativa de “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”.
A diferencia de los Objetivos del Milenio que tuvieron una mirada limitada y sectorial sobre las ciudades, la Agenda 2030 plantea la temática urbana de forma transversal, más allá de un único objetivo, reconociendo que las ciudades deben ocupar un papel esencial en la promoción de espacios más seguros, resilientes, inclusivos y sostenibles.
De esta forma, la consideración de la dimensión urbana de los ODS representa una oportunidad para renovar el diálogo, establecer nuevos mecanismos de gobernanza, y crear las condiciones para liberar el potencial de las ciudades. Así, pueden contribuir a promover el estado de derecho y la igualdad de acceso a la justicia y crear instituciones eficaces y transparentes que reduzcan la corrupción y toda forma de violencia, de acuerdo con lo que propone el ODS 16 en materia de “Paz, justicia e instituciones sólidas”.
En la actualidad, y dadas las crecientes amenazas a la democracia, en Europa, así como en el resto del mundo, es esencial que las ciudades vuelvan a ser lugares y germen mismo de la democracia.
A este propósito cabe destacar la iniciativa denominada “La Capital Europea de la Democracia” (www.capitalofdemcoracy.eu ), impulsada por The Innovation in Politics Institut con el apoyo del Consejo de Europa y de la Comisión Europea.
Esta reciente iniciativa apunta a promover desde abajo la innovación y el fortalecimiento de la democracia europea, impulsando a ciudades de toda Europa a iniciar nuevos proyectos orientados a reforzar la democracia local, a cultivar entornos más inclusivos y transparentes y a promover la participación ciudadana.
A partir de 2023, cada año, una ciudad europea, previamente seleccionada por un jurado de expertos y un jurado de 10.000 ciudadanos y ciudadana, organizará y albergará un amplio rango de actividades abiertas a todos actores de la sociedad civil y acogerá acontecimientos internacionales y reuniones de líderes políticos europeos.
Esta iniciativa tendrá lugar por primera vez entre octubre de 2023 hasta agosto de 2024, en Barcelona, seleccionada como primera “Capital Europea de la Democracia” por su larga tradición en participación ciudadana y su rico tejido de la sociedad civil organizada.
Así, la ciudad catalana se convertirá en el epicentro del debate ciudadano sobre la democracia y los retos más urgentes de la actualidad, como las desigualdades persistentes, el crecimiento de los discursos de odio y la desinformación, la digitalización sin salvaguardias y la crisis climática. Además, servirá de escenario para el discurso europeo sobre el refuerzo de la democracia.
Esta iniciativa promete ser innovadora y beneficiosa para nuestras sociedades en crisis no solo porque reconoce que las ciudades cumplen un rol esencial en el ejercicio de participación de la ciudadanía y en el desarrollo de la innovación social, sino también porque pone de relieve la necesidad impelente de la ciudadanía europea de iniciar una conversación sobre cómo practicar la democracia para hacerla tangible, inclusiva y resiliente, brindando una oportunidad única para que individuos, comunidades e instituciones den forma de manera colaborativa al panorama democrático.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de las Ciudades, en colaboración con Holcim España.