Se calcula que, para el año 2050, el 70% de la población mundial residirá en ciudades, por lo que éstas jugarán un papel clave en la acción climática. Y será necesario iniciar y acelerar todos los pasos necesarios para lograr la transformación. Además, se estima que, para 2040, la población mundial agotará los recursos de más de dos planetas. Para poner una solución a esta coyuntura y estar dentro de los límites de capacidad máxima de la Tierra, apostar por cambiar el modelo tradicional y lineal de consumo por el de la economía circular contribuirá a frenar esta situación.
Las ciudades constituyen una oportunidad. Un elemento transformador para la creación de hábitats cada vez más sostenibles y circulares, lo que conlleva también el desarrollo de nuevas formas de construcción con el mínimo uso de materiales, haciendo posible preservar nuestros ecosistemas.
Desde esta perspectiva, nace el concepto de “construir lo nuevo a partir de lo viejo”, un enfoque que desarrollamos en Holcim con el propósito de fomentar la circularidad que nos permita conseguir que las ciudades sean neutras en carbono. La construcción circular es nuestra garantía de futuro, respetuosa con el medio ambiente, beneficiosa para la naturaleza y fundamental para contribuir a lograr los objetivos de descarbonización.
Se calcula que se podrían reducir las emisiones de CO2 en casi un 40% de aquí a 2050 aprovechando al máximo materiales procedentes de la demolición y construcción y que actualmente se encuentran dentro de los entornos urbanos como el hormigón, que es 100% e infinitamente reciclable, para así desarrollar nuevos productos y soluciones sostenibles para la nueva construcción.
Barómetro de Ciudades Circulares y el buen hacer de las urbes
Desde Holcim y Bloomberg Media hemos lanzado recientemente la segunda edición del Barómetro de Ciudades Circulares, que muestra las principales ciudades del mundo que lideran la transición de una economía lineal a una circular, al que se suma, por primera vez, una ciudad española: Madrid.
La capital de España se convierte así en la primera representante de nuestro país en integrar esta clasificación de un total de 30 urbes que lideran la transición hacia una economía circular. El ranking sitúa a Madrid en el puesto número 17, con una puntuación media de casi 60 puntos, por delante de capitales como Berlín, Chicago, Buenos Aires, Dubái, Ciudad de México o Pekín, lo que demuestra que está en la buena senda.
Las cifras y acciones avalan el buen hacer de la ciudad en este barómetro que forma parte de la iniciativa Circular Cities Hub. De las cuatro categorías valoradas (Edificios circulares, Vida circular, Sistemas circulares y Liderazgo circular), Vida Circular, que comprende los indicadores de espacio verde, transporte y economía colaborativa, obtuvo el mayor peso de la ciudad, con casi un 35%, seguida de Edificios circulares (cerca de un 27%), que calificaba la eficiencia energética, uso de materiales de construcción y demolición y certificaciones de construcción como LEED® o BREEAM®.
En esta línea, es importante destacar que, durante el primer trimestre de 2023, la Comunidad de Madrid impulsó alrededor de 150 proyectos centrados en la economía circular y el uso de recursos naturales. En el caso de la capital, el Barómetro reconoce proyectos de gran envergadura como Madrid Nuevo Norte, un megaproyecto de regeneración urbana que, desde un principio, tiene la construcción circular como uno de sus ejes vertebradores. Está reduciendo su impacto ambiental a través del reciclaje del 90% de los materiales de la zona de desarrollo. De esta forma, concede a los materiales de demolición una segunda vida como materia prima de construcción, reduciendo los residuos de construcción del proyecto en un 70%.
Por otra parte, en términos de Vida circular, Madrid también tiene mucho que aportar. Está construyendo un bosque urbano de 75 kilómetros constituido por cerca de medio millón de árboles nuevos, para crear un muro verde alrededor de la ciudad y ayudar a combatir el cambio climático, la contaminación y el efecto isla de calor urbano. El proyecto aprovechará sitios abandonados entre carreteras y edificios y se prevé que absorba 175.000 toneladas de CO2 al año y haga descender la temperatura 2ºC con respecto a la media del centro urbano.
Los conceptos con los que se ha configurado este ranking fijan los cimientos para agilizar el proceso de transición hacia un modelo circular en nuestras ciudades, con el foco en la innovación para inspirar la necesaria transformación.