Un año después de los devastadores terremotos que asolaron el sur de Turquía y el norte de Siria, miles de familias continúan haciendo frente a desafíos y viviendo en asentamientos temporales. “Durante el último año nuestros equipos, con el apoyo de sus socios, han realizado un trabajo intenso por apoyar a las víctimas de los catastróficos terremotos, pero la recuperación todavía no ha terminado. Continuamos trabajando en la rehabilitación de sistemas de saneamiento y agua; damos apoyo y orientación nutricional, además del apoyo a las familias más vulnerables para la compra de alimentos nutritivos, así como materiales de refugio e higiene y ofreciendo atención psicosocial”, explica Daniel Martín Santos, Director de Acción contra el Hambre para la operación en Turquía.
Los terremotos tuvieron consecuencias devastadoras en ambos países, con cerca de 60.000 fallecidos y más de 100.000 personas heridas. En Turquía, la destrucción alcanzó a casi 300.000 edificios, forzando a más de tres millones de personas a abandonar sus hogares. A un año de la tragedia, alrededor de 800.000 personas continúan viviendo en asentamientos temporales, enfrentándose al desafío adicional de afrontar su segundo invierno sin un hogar estable. Según el Fondo de las Naciones Unidas en Materia de Población, entre las personas afectadas, más de 100.000 mujeres dieron a luz y ahora están criando a sus hijos en medio de la incertidumbre y la falta de condiciones básicas.
En Siria, antes de los terremotos, más de 15 millones de personas ya necesitaban ayuda humanitaria debido al conflicto, crisis económica y brotes epidémicos, según las estimaciones de las Naciones Unidas. En el norte de Siria, las personas afectadas se enfrentan, además, a las consecuencias del terremoto, como la pérdida de hogares y servicios públicos. Todas las escuelas que se usaban como refugios colectivos fueron evacuadas y restauradas para reanudar las clases. Las familias alojadas recibieron ayuda en efectivo para cubrir el alquiler durante 6 meses, pero surge la incertidumbre sobre qué pasará después de ese período, especialmente para aquellos que han perdido sus medios de vida y siguen lidiando con el trauma de la catástrofe.
El desempeño de Acción contra El Hambre
“Trabajamos junto a otras organizaciones y con el respaldo del Estado, para abordar necesidades esenciales como alimentación, nutrición, acceso a agua limpia, higiene y saneamiento. Además, nos enfocamos en ayudar a las familias a generar recursos e ingresos. Estamos en pleno proceso de evaluar y señalar sectores relacionados con la inclusión socioeconómica, como el desarrollo de negocios y el acceso a empleo. Esta iniciativa nos permitirá identificar áreas con mayor potencial, concentrar nuestras capacitaciones y, por supuesto, respaldar a aquellas familias que ya han tomado iniciativas”, continúa Daniel Martín.
Desde las primeras horas de la crisis por los terremotos, los equipos de Acción contra el Hambre se movilizaron y han estado brindando apoyo continuo a las personas afectadas en Turquía y Siria en colaboración con socios locales. En el último año, más de 400.000 personas han recibido nuestra ayuda. Específicamente, cerca de 152.000 personas han obtenido apoyo en agua, saneamiento e higiene; más de 175.000 en salud y nutrición, y 62.400 en seguridad alimentaria y medios de vida.
“No puedo expresar lo orgulloso que estoy de formar parte de este gran equipo y organización que, sinceramente, no escatimó esfuerzos ni tiempo para poder proporcionar ayuda inmediata tras el terremoto. Ninguno de mis compañeros y compañeras pensaba en sus propios hogares o familias, sino en lo que podíamos ofrecer en cada momento y en estas circunstancias a la comunidad. Sinceramente, es la primera vez que siento hasta tal punto la humanidad del trabajo que hacemos”, cuenta Bassel, jefe del equipo de Monitoreo y Evaluación de Acción contra el Hambre en Alepo, la ciudad más poblada de Siria.