Especialistas en Otorrinolaringología del grupo sanitario Ribera alertan sobre las consecuencias de un hábito cada vez más extendido entre adolescentes y jóvenes y la población adulta en general: el uso de auriculares.
“El hábito de escuchar muìsica con auriculares, junto con la asistencia a conciertos y locales de ocio con muìsica alta, constituye en la actualidad la principal causa de trastornos provocados por el ruido en los jóvenes”, según explica el doctor Roberto Valdés, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del hospital Ribera Povisa (Vigo).
De la misma opinión es la doctora Lorena Sanz, jefa del mismo servicio en el Hospital Universitario de Torrejón. “La exposición a ruidos intensos, ya sean puntuales, pero a altas intensidades, como explosiones o disparos, o frecuentes a intensidades moderadas, como discotecas, conciertos, ambiente laboral o el uso prolongado de auriculares, pueden disminuir la audición, incluso hasta llegar a necesitar audífonos”, asegura.
En el contexto del Día Mundial de la Audición, que se conmemora el próximo domingo, los especialistas del grupo sanitario Ribera alertan sobre el abuso de estos dispositivos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la mitad de las personas de entre 12 y 35 años utiliza dispositivos electrónicos a niveles inseguros, sobre todo en países de ingresos medios y altos.
Y en base a estos datos, la Sociedad Española de Otorrinolaringologiìa y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) prevé que la mitad de los adolescentes y jóvenes españoles sufrirán una pérdida de audición o acúfenos por la exposición al ruido. La doctora Sanz explica que, además de la pérdida de audición, los pacientes pueden sufrir otras consecuencias a raíz de este tipo de exposiciones: ruidos en los oídos, limitación en la vida diaria por la dificultad para entender o para orientar el origen de los sonidos o la alteración de los sonidos escuchados. Además, explica la diferencia entre hipoacusia y sordera. “La hipoacusia es la disminución de la capacidad auditiva, en diferentes niveles, desde leve hasta severo; y la sordera o cofosis es la pérdida de la capacidad auditiva o disminución muy severa de la misma”.
Los límites del ruido
El doctor Valdés, por su parte, insiste en la importancia de prevenir este tipo de exposiciones voluntarias a ruidos. “La lesión del oído interno puede producir una pérdida auditiva permanente”, asegura, al tiempo que recuerda que “cuando la exposición al ruido deteriora las células ciliadas del oído interno, el daño sufrido es permanente y estas células ya no se pueden recuperar”. En su opinión, en el caso de los reproductores de música “lo ideal sería aplicar la regla del 60-60, es decir, no utilizarlos más de 60 minutos al día y no superar el 60% del volumen que permiten los mismos”.
Pero ¿cuál es el volumen máximo al que deberíamos escuchar música u otros contenidos con auriculares? “Para garantizar una buena salud se recomienda no superar los 65 dB de intensidad sonora”, explica el jefe de Otorrinolaringología de Ribera Povisa. “Una exposición a un sonido superior a 85 dB supone un riesgo de pérdida auditiva, si se repite en el tiempo; y una exposición a 80 dB durante más de 8 horas al día requiere uso de protección auditiva para no ser lesiva. Por encima de 100 dB existe un riesgo de pérdida inmediata de la audición y el umbral del dolor llega cuando se sobrepasan los 125 dB”, asegura.
Síntomas y recomendaciones
Paula Hernández y Francisco J. Rodríguez, otorrinolaringólogos en el hospital Ribera Virgen de la Caridad, explican que “en estadios iniciales de hipoacusia, cuando ésta es progresiva, es posible que no nos percatemos de la pérdida auditiva”. “Conforme va aumentando la pérdida, las señales de hipoacusia hacen más notables tiene dificultades para percibir los sonidos, llegando a no escuchar los menos intensos o encontrar dificultades para comprender las palabras o escuchar sonidos de forma distorsionada”, explican.
Estos son algunos de los primeros síntomas para acudir a un especialista. “Estas dificultades se traducen en muchas ocasiones en acciones como subir mucho el volumen del televisor o la radio o encontrar dificultades en seguir una conversación por teléfono”, explican.
Otro síntoma frecuente en la mayoría de ocasiones subyacente a un daño auditivo puede ser el tinnitus o acúfeno, “que es una percepción de ruido en el oído a modo de timbre, silbido, zumbido o rugido sin que exista una fuente externa que lo produzca”, apuntan los especialistas de Ribera Virgen de la Caridad. “Menos conocidos y mucho menos frecuente están descritos como síntomas la inestabilidad y los mareos”, añaden.
Los especialistas del grupo Ribera dan las siguientes recomendaciones para el cuidado de la salud auditiva:
- Evitar la exposición mantenida a ruidos intensos.
- No escuchar música a volúmenes altos: se recomienda no superar los 65 decibelios de intensidad sonora.
- Limitar el tiempo de escucha a volúmenes altos.
- Usar protección auditiva en ambiente laboral si es necesario.
- No introducir nada en los oídos (incluidos bastoncillos).
- Alejarse de las fuentes de ruido, como los altavoces en los locales de ocio.
- Procurar no generar ruidos que molesten a otros.
- Acudir al médico en caso de notar pérdida de audición, ruidos o sensación de taponamiento.
Consulta más información responsable en las publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de Ribera Salud en el Anuario Corresponsables 2023.