Hoy, 22 de abril, es el Día Mundial de la Tierra, efeméride marcada por las Naciones Unidas. Pero ¿qué celebramos? o más bien ¿qué debemos recordar? Sin duda esta fecha nos invita a recordar que debemos actuar ante los múltiples problemas que aquejan al planeta: superpoblación, contaminación, expoliación de recursos naturales, pérdida de biodiversidad…
El problema que puede conllevar los denominados “días de…” es pensar que solo esos días señalados invitan a pasar a la acción estableciendo medidas que despierten a conciencias dormidas. Y no es así, esos días nos recuerdan por ejemplo que no podemos ser ambientalmente coherentes sólo en ocasiones puntuales. Decía Gonzalo Bernáldez Ecólogo español, impulsor de la defensa de la naturaleza y de la educación ambiental, que “habría que desparquerizar los parques naturales y parquerizar el resto de la Naturaleza”. Extrapolando esta reflexión, quizás deberíamos celebrar todos los días “el día de la Tierra” para que así las medidas adoptadas dieran realmente su fruto.
De este modo, valoremos esta fecha como un buen día para recordar y concienciar a gobiernos, instituciones, entidades empresas… a preservar la sostenibilidad del planeta, e implementar los procesos necesarios en el día a día para disminuir ese riesgo real de un futuro insostenible para los humanos. Hacer una reflexión con unas breves palabras en el día de hoy permite tener presente la realidad de “un planeta enfermo que necesita medicarse”.
Pero sabemos el significado de sostenibilidad…de tantas definiciones hay una corta breve y concisa que lo dice todo “un respeto equilibrado por la naturaleza y los seres humanos”
Una gestión responsable aplicando los criterios ESG (ambientales, sociales y económicos) como instrumento para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible que Naciones Unidas ha marcado y englobado como Agenda 2030, nos va a permitir minimizar esa degradación paulatina que a todos los niveles afecta a nuestro planeta y provocar ese IMPACTO reversible esperado por todos.
Nuestra sociedad debe estar en constante alerta de todo lo que acontece en la Tierra; el cambio climático; la desforestación de los bosques; las emisiones nocivas; los vertederos incontrolados; el uso de materiales reciclables; el bienestar de las personas; la responsabilidad social y corporativa de empresa e instituciones…en definitiva de todo aquello que influye en un “estar saludable y sostenible”. El ser humano es el máximo responsable de un oscuro futuro en nuestra calidad de vida, tomamos decisiones que muchas de ellas suponen un IMPACTO, en este caso, negativo en el planeta, y debe estar preparado para poder adelantarse a cualquier problema e indicio provocado por la actividad de las personas, por la actividad económica de entidades y empresas que provocan daños irreparables que inicialmente no contemplan, de los gobiernos que desarrollan políticas contrarias a un bienestar ideal y equilibrado… y por muy insignificante que parezca ese problema e indicio, nos lleve a deducir “algo se está o estamos haciendo mal”.
En una sociedad actual que avanza a ritmos agigantados gracias al uso de la tecnología, ésta debe servir precisamente para ese cometido de control y eficacia de todos los procesos y actuaciones que pueden provocar ese IMPACTO negativo en nuestra Tierra; anticiparse con la captación de datos, análisis y su reporte en tiempo real de un problema ambiental, social o económico debe ser una prioridad para todos los agentes implicados.
No debe de asustar que el binomio tierra-tecnología pueda perfectamente convivir y ser un remedio viable y convertirse en prescripción de salud de la Tierra con el objetivo de un control de los efectos, tanto positivos como negativos, producidos por la mano y gestión de los humanos
El desarrollo de soluciones digitales (softwares) dirigidas a una correcta y eficiente gestión ESG debe de permitir a ayudar a todos a gestionar, monitorear y reportar sus prácticas y desempeño en relación con los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) que directamente tienen un IMPACTO en el planeta y que facilitarán una sostenibilidad plena en todos los ámbitos.
En definitiva, aspectos fundamentales que se deberán tener en cuenta para un análisis de inmediato del estado de bienestar de la Tierra son implementar desarrollos tecnológicos que faciliten la recolección, integración y análisis de datos ESG provenientes de fuentes externas e internas; que simplifiquen las auditorías e informes; que cumplan con las normativas y estándares internacionales en materia de sostenibilidad y responsabilidad social; que sean una herramienta para identificar los riesgos y oportunidades relacionados con las prácticas ESG; y finalmente que provean de la información relevante para la toma de decisiones basadas en datos que impulsen la adopción de unas prácticas y estrategias responsables que permitan que “ese IMPACTO tecnológico maximice la salud de la Tierra”.
Esta tribuna forma parte del Dosier: Día Mundial de la Tierra 2024