De acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur, la economía circular puede definirse como “un marco de soluciones sistémicas que hace frente a desafíos globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, los residuos y la contaminación”.
Desafíos que también tienen efectos sobre la salud de las personas, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que un 24% de la carga mundial de morbilidad y un 23% de la mortalidad pueden atribuirse a factores medioambientales.
Esta interrelación entre la salud de los seres vivos que habitamos el planeta y el medio ambiente se conoce como “One Health” (“Una sola salud”).
Por lo anterior, y en la medida en que su misión está enfocada a mejorar la salud y la calidad de vida de las personas, no es de extrañar que el sector farmacéutico (compañías farmacéuticas, distribuidores y farmacias) fuese pionero hace ya más de 23 años en aplicar los principios de la economía circular a través de la creación de SIGRE, sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) de residuos de medicamentos y sus envases de origen doméstico.
La actividad desarrollada por SIGRE permite reducir el consumo de materias primas a través de las medidas de ecodiseño aplicadas en los envases farmacéuticos; recuperar los materiales mediante su reciclado; reducir el impacto medioambiental del residuo del medicamento gracias a la logística inversa y a la valorización energética de dicho residuo; y fomentar una sociedad del reciclado a través de la sensibilización ciudadana. No debemos olvidar que el uso adecuado de los medicamentos finaliza cuando se depositan sus residuos en el Punto SIGRE de las farmacias, y ahí el papel del farmacéutico es clave asesorando al paciente también en materia medioambiental.
Si bien puede resultar contradictorio, y más en el Día Mundial del Reciclaje, en SIGRE nos centramos prioritariamente en evitar la etapa del reciclaje a toda costa. ¿El motivo? Sencillo: el mejor residuo es aquel que no se produce.
En nuestro constante compromiso con la economía circular, contamos con una estrategia de prevención y ecodiseño para ayudar a las compañías farmacéuticas a reducir el impacto ambiental de los envases de los medicamentos. Debemos tener en cuenta que el diseño del producto y su envase determinan en torno al 80% del impacto medioambiental a lo largo de su ciclo de vida.
Solo durante el período 2021-2023, las compañías farmacéuticas adoptaron 749 medidas de ecodiseño que han permitido, entre otros logros medioambientales, ahorrar 2.800 toneladas de materias primas y hacer sostenibles más de 600 millones de envases. Asimismo, en los últimos tres años se ha logrado reducir un 2,4% el peso medio de los envases de medicamentos comercializados en España.
Desde el año 2000, se han aplicado más de 3.500 iniciativas de ecodiseño en el sector, lo que ha resultado en una reducción del peso medio de los envases en más de un 25%, facilitándose además el reciclado del 70% de los materiales de los envases recogidos por la distribución farmacéutica a través del Punto SIGRE de las farmacias.
Gracias a este esfuerzo de las compañías farmacéuticas, a día de hoy, uno de cada tres medicamentos comercializados en España ya ha adoptado algún tipo de mejora medioambiental en su envase.
A pesar de las limitaciones lógicas que se dan en un mercado tan regulado como el del medicamento, donde la prioridad es la calidad, seguridad y eficacia de los productos, la economía circular es una oportunidad para establecer un suministro sostenible de materias primas y energía que contribuya a seguir garantizando a todos los pacientes el acceso a los tratamientos que necesitan.
Dentro de este acompañamiento por parte de SIGRE a hacer aún más sostenible la cadena del medicamento, también quiero destacar nuestra web interactiva ‘ecoFARMACIA’, en la que hemos recopilado hasta un total de 77 buenas prácticas que las oficinas de farmacia pueden implementar en su actividad diaria para cuidar del medioambiente.
Este novedoso recurso online está dirigido de manera específica a los farmacéuticos y técnicos que desarrollan su labor en la oficina de farmacia, con el fin de mostrarles las principales medidas e iniciativas que pueden adoptar para que su trabajo sea medioambientalmente más sostenible.
Pero al igual que a través de la economía circular el ciclo de vida de los productos se extiende, la actividad de SIGRE en este marco también se amplía para acompañar al sector farmacéutico en su transición ecológica.
Así, todos los agentes del sector farmacéutico han confiado en SIGRE para avanzar en materia de circularidad y cumplir con las nuevas exigencias legales que vienen de Europa, lo que conllevará ampliar el ámbito de actuación de esta entidad sin ánimo de lucro, que a partir del 1 de enero de 2025 abarcará no solo los envases y residuos de medicamentos de los hogares, sino también los envases de medicamentos generados en centros sanitarios (hospitales, clínicas, ambulatorios, etc.), en instalaciones del canal farmacéutico (distribuidores, operadores logísticos y farmacias) y en las industrias.
De esta manera, SIGRE se consolida como la mayor alianza medioambiental de este sector para avanzar hacia una economía circular, cuidando la salud de las personas y del planeta.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Reciclaje 2024.