En una sociedad cada vez más concienciada con la necesidad de impulsar la sostenibilidad, el sector inmobiliario sigue buscando soluciones para tener un impacto positivo en los entornos en los que opera. Como modelo de sostenibilidad dentro del sector, en Metrovacesa reconocemos nuestra responsabilidad en la búsqueda de alternativas que no sólo permitan construir hogares y comunidades sostenibles, sino también contribuyan a preservar el medio ambiente. En este sentido, uno de los pilares que se erige como fundamental para preservar la integridad de nuestro entorno y reducir los daños derivados de la actividad humana es el reciclaje, uno de los principios básicos de la economía circular.
Conforme al último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente, es imprescindible actuar para reducir la generación de residuos. Es más, para acelerar la transición hacia una Europa más circular, que sirva como ejemplo para el conjunto de la sociedad internacional, también hay que priorizar el uso responsable de los recursos, así como mejorar las tasas de reciclaje de residuos, y acelerar la incorporación al mercado de productos reutilizables.
A nivel nacional, la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, tiene como objetivo impulsar una economía circular y baja en carbono en España, en línea con la Estrategia Española de Economía Circular (España Circular 2030).
Ante esta clara necesidad, en Metrovacesa, promotora líder con más de 100 años de experiencia en España, entendemos la circularidad de los materiales como un proceso completo, no solo vinculado a la fase final del desarrollo de una construcción. El proceso de una promoción inmobiliaria debe seguir el enfoque al que alude el dicho “se recoge lo que se siembra”: es necesario que los proyectos estén pensados desde su inicio incorporando el reciclaje y la reutilización de los materiales que se van a utilizar.
A la hora de seleccionar los materiales y sistemas que se implementarán en el proyecto arquitectónico, debemos, por una parte, analizar su origen, planteando que en su mayoría provengan de procesos de reciclaje en su propia fabricación, y, por otra, es necesario “pensarlos” para que, al final de su ciclo de vida, puedan ser desmantelados y retornados a la fábrica para iniciar un nuevo proceso de fabricación. Este proceso, a su vez, debería permitir su aplicación en nuevos proyectos, también diseñados incluyendo un proceso de separación de residuos al final de su vida útil y llevados de vuelta a la fábrica… y así sucesivamente, en un ciclo continuo de múltiples usos que reduzca las emisiones de CO2 a la atmósfera, lo que evidenciamos con herramientas como el Análisis de Ciclo de Vida (ACV).
A través de la herramienta de ACV, obtenemos resultados medibles de la huella de carbono generada por cada edificio, pudiendo certificar el impacto del uso de determinados materiales a lo largo de todo el proceso, desde su concepción hasta la construcción y su posterior uso, llegando incluso a la etapa de desmantelamiento, así como incorporar materiales y métodos o sistemas constructivos de menor impacto ambiental.
Con el objetivo de seguir teniendo un impacto positivo en el entorno, Metrovacesa también fomenta que los materiales utilizados en las promociones tengan las declaraciones ambientales de producto (DAPs) o ecoetiquetas tipo III durante todo su ciclo de vida, y registra estos materiales, técnicas y elementos utilizados en el proceso constructivo. Este tipo de documentos facilita el acceso a una base de datos que permitirá a los futuros responsables de proyectos conocer cuáles son las líneas de actuación para la reutilización de estos materiales.
En su firme propósito de seguir avanzando en el desarrollo de la economía circular, Metrovacesa se apoya en alianzas comerciales e institucionales con empresas que comparten la misma visión respecto a la sostenibilidad, esenciales en un escenario de constante cambio. En este sentido, Metrovacesa está trabajando junto a CoCircular con el objetivo de optimizar la separación y valorización de residuos generados durante el proceso de obra, lo que favorecerá la circularidad de los proyectos, facilitando la reutilización y reciclado de los materiales, y reducirá su impacto ambiental.
El sector inmobiliario continúa avanzando hacia una construcción respetuosa en la que el medio ambiente se erige como un aspecto central en el buen hacer de las compañías.
En este contexto, es fundamental educar y concienciar sobre la importancia del reciclaje entre todos los actores del sector de la construcción. Nuestro papel como actor relevante es seguir aplicando prácticas que fomenten, entre otros, la reciclabilidad dentro de nuestros procesos operativos para contribuir a una construcción más sostenible.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Reciclaje 2024.