Hace pocas semanas conocimos que en torno al 86% de los españoles reciclan adecuadamente los residuos en sus hogares. Desde hace décadas los ciudadanos están acostumbrados a separar el plástico, el vidrio, el papel, el cartón y los restos orgánicos tanto en casa como en sus lugares de trabajo. Muchos de nosotros hemos acondicionado espacios en nuestras viviendas u oficinas para facilitar el reciclaje y la sostenibilidad de los residuos.
A pesar de que la voluntad de reciclar va al alza, los datos concluyen que cuatro de cada diez españoles confían poco o nada en que los desperdicios sean procesados correctamente en las plantas de reciclaje. Por eso, en el Día Mundial del Reciclaje, queremos reivindicar el trabajo invisible que hay detrás de los contenedores de nuestras ciudades.
El reciclaje es esencial. La labor ciudadana tiene un objetivo claro: facilitarnos a empresas como Urbaser la clasificación de los residuos. Después de la recogida diferenciada de residuos, somos nosotros los que nos encargamos del tratamiento y la valorización. Es un trabajo a menudo imperceptible para los ciudadanos, de ahí las cifras de percepción social mencionadas arriba. Por eso, merece la pena explicar qué pasa con el residuo después de depositarlo en los contenedores.
Una simple lata de refresco depositada en el contenedor amarillo se puede transformar en infinidad de objetos. Trabajamos para encontrar una segunda vida a todos los residuos. El acero y el aluminio de las latas conservan sus características durante el tratamiento y la posterior valorización, de tal manera que se pueden reutilizar muchas veces. Así, está demostrado que reciclar correctamente una lata reduce hasta en un 90% la energía necesaria para fabricar nuevas latas.
Lo mismo sucede con los residuos orgánicos. En torno al 40% de los residuos diarios de nuestros hogares son de este tipo. En Urbaser nos dedicamos a transformar esas frutas y verduras, o los posos del café, en compost de alta calidad. De esta forma, también estamos dando una segunda vida a estos residuos comunes, cumpliendo nuestro propósito de hacer realidad la circularidad.
La economía circular no es un concepto abstracto. En empresas como Urbaser la concretamos desarrollando soluciones medioambientales, propias del siglo XXI, innovadoras y beneficiosas para el medioambiente. En nuestra planta de Algimia recuperamos más del 60% de los residuos que gestionamos, reaprovechando los materiales y convirtiendo materia orgánica en compost o material bioestabilizado. Recientemente, el MITECO nos ha concedido 1,79 millones de euros para desarrollar un proyecto de hidrogeneración de bases lubricantes en nuestra planta de Alfaro en La Rioja, especializada en el tratamiento de aceites usados.
En definitiva, detrás del residuo depositado en el contenedor hay todo un mundo, en el que somos líderes en Urbaser. Un mundo conformado por infraestructuras, plantas de tratamiento, maquinaria y, lo más importante, personas que trabajan para hacer realidad la circularidad.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Reciclaje 2024.