Las empresas tienen por delante el enorme reto de adaptar sus negocios para reducir el impacto que la fabricación de sus productos tienen en el medio ambiente.
La importancia de redirigir los flujos financieros hacia una transición circular es algo que está generando cada vez más interés para que Europa, y España, puedan progresar hacia una recuperación verde y sostenible.
El escenario de captación de inversión vinculado a la economía circular está experimentando un importante crecimiento en los últimos años, y se ha convertido en un elemento clave para que se produzca la transición hacia una economía más sostenible.
De hecho, desde principios de 2020 los activos generados a través de fondos de capital de la economía circular han aumentado de 300 a más de 2.000 millones de dólares, lo que supone que se ha multiplicado por 6 dicho volumen de inversión.
Una palanca de generación de empleos
La importancia creciente de la economía circular en las empresas está aumentando la demanda de empleos relacionados con este tipo de perfiles.
Según la Organización Internacional del Trabajo, la economía circular va a generar 24 millones de empleos en 2030 en el mundo. Solo en Europa se estima que se crearán unos 700.000 puestos de trabajo.
Cada vez es más frecuente demandar capacidades a los empleados relacionados con el cálculo de la huella de carbono o fabricar productos diseñados para alargar su ciclo de vida y su reciclabilidad.
Hay empresas que convierten botellas en alfombrillas y salpicaderos para los coches o neumáticos que se transforman en zapatos. Pero ¿qué es la economía circular? Es un sistema económico que tiene como objetivo la producción de bienes y servicios reduciendo el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía.
Para minimizar el impacto ambiental que generan los procesos de fabricación de bienes o servicios la economía circular promueve la optimización de los materiales y residuos, alargando su vida útil. De este modo se huye del actual sistema lineal de usar y tirar y se apuesta por otro respetuoso con el medioambiente y basado en la prevención, la reutilización, reparación y reciclaje.
En definitiva, la economía circular permite alargar la vida útil de los productos y darles una segunda vida.
Más allá de las 3R para hacer más sostenible el consumo
La regla de tres 3R -Reducir, Reutilizar y Reciclar– reducen el impacto negativo en el medio ambiente, ahorrando en recursos y energía.
Pero ¿por qué no hacer que los productos sean más sostenibles desde el propio diseño? ¿O por qué no repararlos en lugar de comprar unos nuevos? La economía circular está planteando nuevos conceptos como el ecodiseño y la reparación, ampliando estas 3R a las 7R:
- Rediseñar: consiste diseñar los productos teniendo en cuenta al medioambiente, es decir, en base al ecodiseño para mejorar la funcionalidad y la sostenibilidad.
- Reducir: busca reducir la cantidad de productos que consumimos y los residuos que generamos.
- Reutilizar: su objetivo es alargar la vida útil de los productos, ya sea usándolos de nuevo o dándoles una nueva utilidad.
- Reparar: consiste en arreglar un producto que se ha estropeado. a comprar uno nuevo, sin ni siquiera considerar la opción de repararlo.
- Renovar: se trata de actualizar todos aquellos productos desactualizados para que se puedan volver a utilizar.
- Recuperar: se basa en recoger materiales que ya han sido usados para reintroducirlos en el proceso productivo.
- Reciclar: reintroduce residuos que ya han sido usados en los procesos de producción de manera que sirvan como materia prima para otros productos nuevos.
No cabe duda de que todo ello supone un gigantesco desafío. Los más evidentes son los relacionados con el aprovechamiento de materias primas renovables, así como los basados en la reutilización, la reparación y el reciclaje. Y afecta a muchos aspectos de las empresas, como la digitalización, la logística o la gestión contable. Es difícil encontrar un sector ajeno a esta revolución necesaria.
Pero las oportunidades para las empresas de posicionarse al frente de este desafío son enormes. La economía circular podría reducir hasta un 99% los desechos de algunos sectores industriales y un 99% de sus emisiones de gases de efecto invernadero, ayudando así a proteger el medio ambiente y combatir los efectos del cambio climático. Un reto ambicioso, pero necesario y, además, rentable.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Reciclaje 2024.