Cuando pensamos en Inteligencia Artificial tendemos a considerarla solo aplicada a entornos tecnológicos. Pero las posibilidades que nos ofrece son tan versátiles y amplias que la convierten en una muy buena herramienta para ser utilizada en otros entornos como, por ejemplo, el sector de la alimentación y, concretamente, el lácteo, del que Lactalis es líder a nivel mundial y también en España.
La IA ofrece ventajas y posibilidades que el sector lácteo español ya ha empezado a aprovechar a lo largo de toda su cadena de valor. Y su aportación ya está contribuyendo a un desarrollo más acelerado y de mayor calidad de este sector, que es clave dado que debemos garantizar el derecho a la alimentación de todos los habitantes de la Tierra, más de 9.500 millones de personas en el año 2050.
Un claro ejemplo de la IA aplicada al sector lácteo lo tenemos al inicio de la cadena de valor de los alimentos lácteos: en las ganaderías, cada vez más robotizadas y automatizadas. Muchas ya utilizan una combinación de IA y Big Data para progresar, por ejemplo, en el bienestar animal, una de las tres prioridades en política medioambiental de Lactalis. Mediante sistemas de gestión de datos y toma de decisiones a raíz de los mismos, determinados robots y sistemas son capaces de detectar si el bienestar de un animal productor de leche puede verse alterado por cualquier circunstancia (enfermedad, cansancio, cambios en la alimentación, afectación por el clima…) de forma preventiva. Asimismo, la IA permite también controlar exhaustivamente la calidad de la leche que se recoge, reforzando la seguridad alimentaria y evitando el desperdicio del alimento.
Por lo que se refiere al ámbito industrial, Lactalis, décima empresa agroalimentaria a nivel mundial, ya la ha incorporado para hacer más eficientes algunos de sus procesos clave: en nuestras fábricas de leches, quesos, yogures, natas y mantequillas, la IA está empezando a ser utilizada para optimizar la producción, ayudar en el ahorro de energía y en procesos de mantenimiento predictivo. Y en la logística, con su evidente impacto medioambiental, donde nos permite ganar en eficiencia y generar ahorros de todo tipo.
También está presente en los procesos de soporte y apoyo, como por ejemplo en el procesamiento de los pedidos de venta, labor para la que contamos con el sistema Esker, cuyos servicios se basan en un motor de IA que interpreta los pedidos incluso manuscritos y activa los procedimientos y planes de acción necesarios para darles cumplimiento.
En un futuro cercano, además, si contemplamos un área fundamental para cualquier empresa de alimentación como es la de información a las personas consumidoras, la Inteligencia Artificial puede revolucionar aspectos como las simulaciones de reacciones de personas consumidoras a raíz de nuevos productos e incluso contribuir a mejorar y ampliar el desarrollo de nuevos alimentos en función de las necesidades y tendencias de la población mundial; alimentos, por ejemplo, leches, quesos, yogures, natas, mantequillas… adaptados a nuevas circunstancias climáticas, nuevas necesidades nutricionales o situaciones de salud pública adversas.
Todas estas posibilidades, no obstante, deberán ser desarrolladas de forma ética y responsable, siempre dentro del marco de los Derechos Humanos y considerando todas las implicaciones ambientales, sociales y éticas. Por esta razón, Lactalis es impulsora y firmante del Manifiesto para una Inteligencia Artificial Responsable de Forética, organización referente en sostenibilidad y ética empresarial en España.
En definitiva, la IA va a contribuir al desarrollo de la alimentación del futuro, mucho más individualizada y expuesta a nuevas condiciones. Alimentación en la que tiene el foco Lactalis, como refleja su propósito de acción, “Nutrir el futuro”, que resume su objetivo de trabajar para una alimentación sostenible, nutritiva, saludable y sabrosa.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Por una IA Responsable, junto a Esade y Fundación SERES