En los tiempos tecnológicos que vivimos la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) en nuestras vidas ha supuesto una auténtica revolución. Lo que al principio podía parecer parte de la ciencia ficción se ha convertido en una herramienta poderosa también en el campo de la educación que ya está transformando la forma en la que aprendemos y enseñamos. Su implantación supondrá un cambio radical en muchos aspectos y también traerá nuevos retos a los que tendremos que hacer frente. Se trata de utilizar la IA a favor de la educación y de proteger a los niños y niñas de los peligros que pueda tener, educándoles en el uso de la IA es esencial para que puedan aprender y desarrollarse, utilizando la tecnología de manera responsable y efectiva para su educación.
En el ámbito educativo, la IA tiene el potencial de transformar la enseñanza al proporcionar experiencias de aprendizaje personalizadas y adaptativas, mejorando así los resultados educativos y facilitando la gestión del conocimiento
El uso de la IA ofrece muchas ventajas en la docencia. Entre otras, permite ofrecer un aprendizaje personalizado a cada alumno ya que detecta necesidades y dificultades individuales lo que permite adaptarse a cada caso y ofrecer los contenidos adecuados y en la forma que mejor encaje con cada uno: vídeos, textos, audios etc. Ayuda al profesorado a actualizar sus conocimientos y sus métodos de enseñanza de forma que sus programas de estudio estarán al día y en línea con las ultimas tendencias. Puede realizar predicciones sobre abandono escolar, uno de los problemas más graves en la educación cuya tasa en España es del 13,6% en 2023, y por lo tanto permite tomar soluciones para evitarlo. Proporciona la recopilación y análisis de datos del alumnado de forma masiva y puede analizarlos en segundos para poder tomar las decisiones más acertadas en base a información actualizada y real.
La IA también beneficia y mucho al alumnado. Les permite expresar dudas específicas, individualizadas, pedir explicaciones más concretas y al ritmo que necesita. Asimismo, aumenta su capacidad de investigación y búsqueda y desarrollar el pensamiento crítico.
En Educo trabajamos con IA para escuchar y proteger a la infancia. En concreto, ponemos a disposición de centros educativos, entidades deportivas y de ocio dos herramientas tecnológicas que les ayudan a detectar cualquier tipo de violencia hacia niños y niñas. Por un lado, Kanjo, una plataforma de inteligencia artificial que permite identificar patrones emocionales asociados al sufrimiento, la vulnerabilidad y situaciones de riesgo entre el alumnado de primaria. Así se pueden prevenir y tratar casos de violencia de forma mucho más temprana. Además, niños y niñas participan en su propia protección expresando cómo se sienten y aprendiendo a conocer y reconocer sus emociones. Por otro lado, con la app B-Resol ofrecemos un dispositivo de alertas digitales para detectar situaciones de acoso o cualquier tipo de violencia o malestar en el alumnado de secundaria. A través de la tecnología móvil cualquier adolescente puede alertar de manera segura e inmediata, desde cualquier lugar y en cualquier momento.
También hay riesgos
De todas formas, el uso de la IA también implica numerosos riesgos que deben ser tratados. Entre ellos se encuentra la brecha digital ya que no todas las familias pueden proporcionar a sus hijos e hijas acceso a internet y, si pueden, quizás no lo hagan en las mismas condiciones que en otros hogares. Hay que prestar atención a una dependencia excesiva de la IA que podría reducir las habilidades sociales de los niños y niñas en pleno desarrollo. En algunos casos la IA puede amplificar los prejuicios sociales esto ocurre porque los algoritmos pueden aprender prejuicios de los datos con los que se entrenan. Es importante asegurarse de que la IA se diseñe para ser justa y respetuosa con todos. La protección de los datos personales del alumnado debe de ser siempre una prioridad y, por un lado, los centros deben garantizar la confidencialidad de la información y, por otro, los estudiantes, deben aprender a utilizar de forma segura las herramientas de IA.
En definitiva, la inteligencia artificial ofrece muchas oportunidades para la educación, tanto para el alumnado como para el profesorado. Aunque existen algunos riesgos, podemos aprender a mitigarlos y aprovechar los beneficios de manera efectiva, asegurando siempre una intervención humana para guiar y supervisar su uso.
La IA acompañada de la inteligencia humana ayudará a alcanzar nuestro objetivo de garantizar una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y todas.