¿Cómo ha evolucionado la estrategia de sostenibilidad en su entidad desde que se unieron al Pacto Mundial de la ONU España? ¿Qué motivó a su organización a considerar la sostenibilidad como parte de su estrategia empresarial en aquel entonces?
ITESAL es una empresa que nace en 1992 , que aún sin tener conciencia expresa de conceptos de sostenibilidad que no fueran más allá de la propia sostenibilidad económica que garantizara su futuro, pronto se da cuenta de que su modelo de negocio está basado en una materia prima que llegaría a convertirse en estratégica mundialmente por sus excepcionales características y abundancia en la corteza terrestre; el aluminio.
Con el devenir de los acontecimientos desde entonces, e producen dos efectos demoledores que nos obligan a pensar en sostenibilidad como supervivencia más allá de “buenismos” ecologistas mejor o peor enfocados. Por una parte se constatan las peores previsiones extraídas del informe del MIT encargado por el Club de Roma, origen del ensayo “Los límites del crecimiento” en el cual se aventuraban tres vectores:
1.- Una caída drástica de los recursos por una población creciente
2.- Una cultura del consumo basada en un modelo económico lineal, suicida a largo plazo, de usar y tirar
3.- Una vez constatada la saturación de los océanos como neutralizadores de CO2, una previsión de aumento de temperaturas y cambio climático.
Pronto nos damos cuenta de que nuestra materia prima es estratégica en este contexto por su origen cuasiinagotable, y por su infinita, por número de ciclos de vida, reciclabilidad. Téngase en cuenta que para obtener una materia prima igual en características a la extractiva inversión energética inferior a un 5% de la necesaria cuando se obtiene por primera vez desde la bauxita, su mineral de origen.
Pero también nuestros procesos han de ser sostenibles. Así, en 2016 ITESAL es la primera empresa del sector en obtener el Premio a la Excelencia Empresarial en el cual se pone de manifiesto claramente el alineamiento ambiental, social y económico de la compañía.
Hoy ITESAL es la empresa con la menor huella de carbono media por unidad de fabricación, tanto por su mix de materia prima utilizada en función de sus emisiones de obtención, como por los procesos que usamos para producirla.
¿De qué manera ha impactado la integración de prácticas sostenibles en su modelo de negocio?
Ha impactado drásticamente en nuestra política comercial, y en nuestras expectativas de negocio. Hemos decidido crecer solamente en los ámbitos que nuestros valores asociados a nuestra historia, misión, visión y propósito, mantienen su coherencia. Renunciando voluntariamente a crecer basado únicamente en criterios financieros, como por ejemplo, y como han hecho muchas otras empresas concurrentes en nuestro sector, comercializando productos alternativos menos sostenibles medioambientalmente, que compiten con nuestra materia prima natural.
¿Cuáles han sido las lecciones más importantes que ha aprendido en su viaje hacia la sostenibilidad empresarial?
La más importante, que las empresas que duran en el tiempo, son las que consiguen el equilibrio entre la rentabilidad económica, la producción responsable medioambientalmente, y el retorno social de una parte de sus beneficios en el ámbito donde se desarrollan. Tanto por la generación de riqueza que genera, como por el desarrollo social que facilita nuestra demanda de perfiles profesionales cualificados fijando así, la riqueza al territorio donde nos desarrollamos.
¿Cuáles son los próximos pasos en su camino hacia la sostenibilidad empresarial?
ITESAL es una empresa firmemente comprometida con la sostenibilidad. El reto es fomentar el espíritu crítico de nuestros equipos en la búsqueda de la mejora continua de nuestros procesos. ITESAL apuesta por la integración de todas las herramientas necesarias para conseguir desarrollar nuestra actividad con el menor impacto ambiental posible. Para ello la IA es la herramienta que más debería ayudarnos a hacer una empresa más sostenible y solidaria con las personas y las cosas. En definitiva, con el Planeta Tierra. Nuestra idea es que en el siglo XXI no podrán sobrevivir empresas que no tengan claros los principios de sostenibilidad ambiental, económica y social bien equilibrados. Podrán tener éxitos económicos coyunturales, pero jamás podrán ser sostenible en el tiempo.