Adriana, ¿puede hablarnos de la Responsabilidad Social de su organización, de cómo ha evolucionado estos años hasta la actualidad y cuáles son actualmente sus principales áreas estratégicas?
La sostenibilidad en Grupo Consorcio está profundamente arraigada en nuestra esencia como compañía. No se trata de una simple estrategia que queremos alcanzar, sino de un valor fundamental que define nuestra identidad. Desde nuestros orígenes, cuando se fundó la compañía en 1950, tanto el bienestar de nuestros empleados como el respeto por el mar, nuestra principal fuente de materia prima, han sido pilares fundamentales. Este compromiso está en el ADN de la compañía.
El año 2013 marcó un punto de inflexión para nosotros, ya que desarrollamos nuestro primer plan estratégico de sostenibilidad. Fue entonces cuando realizamos los primeros análisis del ciclo de vida de los productos, un enfoque muy pionero en el sector conservero. Desde entonces, esta línea de trabajo ha crecido de manera constante. En 2019 alcanzamos un nuevo hito al obtener la certificación como empresa B Corp, convirtiéndonos en la única conservera de ámbito internacional en España en contar con esta distinción. Recientemente, hemos renovado la certificación, superando la puntuación inicial, lo que demuestra nuestro compromiso continuo con la sostenibilidad.
En cuanto a nuestras áreas estratégicas, trabajamos en cuatro grandes líneas:
- Pesca sostenible: Garantizamos que nuestra materia prima esté certificada como sostenible, promoviendo prácticas responsables y evitando la sobreexplotación marina.
- Talento humano: El bienestar de nuestras personas y nuestras políticas laborales son clave en nuestra concepción de la sostenibilidad.
- Cuidado del medio ambiente: Analizamos nuestro impacto ambiental, lo medimos y buscamos reducirlo en todas las fases de nuestros procesos.
- Gestión responsable: Nos esforzamos por actuar de manera ética, transparente y responsable en todas nuestras operaciones, incluidas las de comunicación.
¿Qué iniciativas o proyectos nos podría compartir de su estrategia de Responsabilidad Social, y cuáles son sus principales beneficios y beneficiarios?
Me gustaría destacar algunos proyectos representativos de nuestras áreas estratégicas. En pesca sostenible, por ejemplo, contamos con certificaciones como MSC y APR (Atún de Pesca Responsable), lo que garantiza que nuestra materia prima cumple con estándares de sostenibilidad. Sin embargo, no nos detenemos ahí. Estamos trabajando en la certificación de caladeros aún no reconocidos como sostenibles, como el caso de las flotas artesanales de anchoa en Perú. Este proyecto, en colaboración con gobiernos y entidades locales, busca proteger prácticas que ya son responsables pero carecen de certificación oficial.
En cuanto al cuidado del medio ambiente, colaboramos con la Universidad de Cantabria para medir nuestra huella ambiental, hídrica, de carbono y energética. También realizamos análisis del ciclo de vida de nuestros productos, desde su creación hasta su finalización, para identificar áreas de mejora y reducir nuestro impacto en el planeta.
Respecto a las personas, desarrollamos el programa “Yo Soy Consorcio”, que ofrece servicios y beneficios sociales a nuestros empleados, además de descuentos en productos y servicios. También contamos con un Plan de Igualdad pionero en el sector, recientemente renovado para el periodo 2024-2028, que refuerza nuestro compromiso con la inclusión, la conciliación y la equidad.
Estas iniciativas tienen como objetivo generar un impacto positivo no solo en nuestros empleados y sus familias, sino también en la comunidad local de Santoña y Cantabria, donde nos ubicamos, y en todos nuestros grupos de interés.
¿Qué importancia tiene para Grupo Consorcio la comunicación de la Responsabilidad Social y cómo lo trabajan?
La comunicación de la sostenibilidad es clave para nosotros. Nuestro compromiso principal es la transparencia, tanto en los logros alcanzados como en los desafíos que enfrentamos. Por ejemplo, contamos con una plataforma, “Viaje al origen“, lanzada en 2017, que permite a los consumidores rastrear el origen de cada lata de nuestros productos. Pueden conocer datos como el lugar y la fecha de captura, información que supera los requisitos legales actuales. Este año, hemos extendido esta herramienta a nuestro mercado en Italia, que es nuestro principal destino de exportación.
Además de facilitar información transparente, esta comunicación nos permite generar confianza, inspirar a otras empresas y avanzar en sostenibilidad. Al final, comunicar de manera clara y accesible se traduce en beneficios tangibles para todos nuestros grupos de interés.
Desde tu perspectiva, ¿cuál consideras que es la situación actual de la RSE en nuestro país y sus principales barreras y desafíos de futuro?
Estamos en un momento en el que la sostenibilidad está cobrando cada vez más relevancia. Las empresas reconocen su importancia no solo en términos ambientales, sino también sociales y de gobernanza. Esto se refleja en el creciente interés por medir el impacto de las actividades, reducirlo y comunicar los resultados.
Sin embargo, enfrentamos desafíos importantes. El contexto económico actual, marcado por la incertidumbre, hace que algunas compañías perciban la sostenibilidad como una inversión a largo plazo difícil de justificar en el corto plazo. Además, la falta de estándares comunes y marcos regulatorios claros representa un reto significativo. Es fundamental establecer normas comprensibles y asumibles para que las empresas puedan avanzar sin incertidumbre.
Por otro lado, la integración de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, plantea interrogantes sobre cómo se aplicará en el ámbito de la sostenibilidad. En este sentido, es vital fomentar la colaboración entre empresas y avanzar hacia una regulación más clara y coherente.
Para terminar, ¿quiere mandar algún mensaje en especial o remarcar algún otro aspecto en materia de RSC y sostenibilidad?
Sí, me gustaría destacar dos grandes retos para el futuro de Grupo Consorcio. Por un lado, aumentar el porcentaje de anchoa certificada, especialmente en caladeros que aún no cuentan con certificaciones, es un objetivo clave. Por otro, la reducción del desperdicio alimentario y la mejora en la gestión de residuos representan desafíos importantes en los que estamos trabajando.
A pesar de los retos, creo firmemente que el futuro de la sostenibilidad es prometedor. Hay mucho de lo que podemos sentirnos orgullosos, pero también muchos avances por lograr. En Grupo Consorcio, seguiremos aportando nuestro granito de arena, tanto desde lo personal como desde lo profesional, para contribuir a un mundo más sostenible.
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