¿Cuál fue el motivo de que vuestra organización se integrara en el Observatorio de RS? Cuéntanos si el camino de estos años ha valido la pena y cómo ha beneficiado a vuestra organización?
Economistas sin Fronteras (EsF) fue la organización matriz del Observatorio de RSC. De hecho, las primeras actuaciones y el primer ‘Informe sobre las Memorias del Ibex35’ surgieron como proyectos para los que EsF buscó financiación, y el personal inicial fue contratado por nuestra organización antes de que el Observatorio tuviera personalidad jurídica.
Llevábamos trabajando en RSC – completamente desconocida en España entonces – desde nuestra fundación en 1997, sobre todo desde la investigación y la divulgación. Pero al inicio de los años 2000 fuimos conscientes de que había muchas más organizaciones de la sociedad civil interesadas en el impacto de la empresa sobre la sociedad y el medio ambiente. El término responsabilidad social corporativa y las iniciativas, entonces voluntarias como el Pacto Mundial, se iban multiplicando.
Pensábamos que había que ir más allá, mirando hacia la obligatoriedad y las responsabilidades legales, pero teníamos muy claro que ese camino no lo podíamos hacer en solitario: se necesitaba aunar conocimiento sobre las diversas dimensiones de la RSC y generar una red, que además ayudase a generar músculo y capacidad de interlocución con los poderes públicos y las empresas.
¿Cómo ha evolucionado la RSC en estos últimos años y Cuál crees que ha sido el mayor avance?
Ha habido una evolución negativa y otra muy positiva. La negativa está relacionada con el desgaste del término y del concepto, que llevó a hablar de RSE, de sostenibilidad de las empresas y otros términos, que también se han ido desgastando por un abuso del greenwashing. Por ello, la sociedad ha perdido confianza en la RSC. Pero en lo sustancial, ese paso de lo voluntario a lo obligatorio, tanto en materia de transparencia como de debida diligencia, es lo importante. Es cierto que el avance se ha hecho esencialmente a nivel europeo y en esto, ha sido fundamental la participación y el trabajo en red en el ámbito internacional que ha hecho el Observatorio.
¿Qué papel consideras que ha desempeñado el Observatorio de RSC?
El papel del Observatorio de RSC podría asemejarse al de una palanca de cambio, un motor que ha impulsado la formación, sensibilización y el activismo político a lo largo de estos 20 años.
Cuando eran pocas las voces que hablaban de la responsabilidad social y del impacto de las organizaciones, especialmente de las grandes empresas, como parte de su modelo de gestión, sustentado sobre la ética empresarial, el Observatorio organizaba encuentros, mesas redondas, coloquios visibilizando la necesidad de contar con empresas que midieran y reportaran no solo sus beneficios económicos, sino su contribución a los aspectos ambientales, sociales y de buen gobierno empresarial, poniendo el foco de manera especialmente significativa, en el respeto a los derechos humanos y la debida diligencia.
¿Hacía donde crees que va a evolucionar la RSC en los próximos años y papel del Observatorio de RSC?
Me atrevo a señalar dos aspectos de completa actualidad, en los que creo que el Observatorio tiene mucho que aportar en los próximos años.
El primero, la trasposición de la directiva de debida diligencia europea a una normativa española.
El segundo, poner el foco en la parte social y de buen gobierno, pues se ha avanzado mucho en la implementación de la sostenibilidad ambiental (aún con todas las prácticas de greenwhasing existentes), pero en ocasiones los discursos políticos y empresariales carecen de contenidos que velen realmente por la parte social de la sostenibilidad, así como, en la parte de gobernanza, la incidencia por conseguir una fiscalidad responsable y políticas anticorrupción.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: 20 aniversario del Observatorio de RSC