El 25 de noviembre de 1960 fueron asesinadas en la República Dominicana, por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo, las hermanas Mirabal, también conocidas como Las Mariposas. En conmemoración de este horrible crimen, la Asamblea General de la ONU, mediante una resolución aprobada el 17 de diciembre de 1999 y suscrita inicialmente por 60 gobiernos de todo el mundo, declaró la fecha del 25 de noviembre como la del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, siendo así que desde el año 2000 viene celebrándose de forma ininterrumpida.
Esta resolución constituye, sin duda, el punto de partida para acabar con esta lacra que supone los malos tratos contra la mujer, una lacra que, por desgracia, afecta a la totalidad de escenarios donde ésta se desenvuelve, desde el familiar y doméstico hasta el profesional y el laboral. Es en este último ámbito, el de la violencia de género en la empresa en el que desde Igualándote se quiere hacer especial hincapié, para lo cual se han establecido una serie de protocolos de acoso sexual en el ámbito laboral personalizados para cada empresa, para ayudar a los clientes en cada una de las contingencias que puedan tener lugar en este ámbito.
La importancia de establecer protocolos de acoso en la empresa
La violencia de género en la empresa se ha multiplicado de forma alarmante en los últimos años, hasta el punto que, como ya informábamos en este artículo, un elevado porcentaje de los actos de acoso sexual tienen lugar precisamente en el seno de la empresa.
De ahí que abordar el problema de la violencia de género desde una perspectiva empresarial constituya un asunto de vital importancia en nuestros días. Afortunadamente, desde la promulgación de la Ley Orgánica 3/2007 se ha hecho obligatorio para todas las empresas, sea cual sea su número de empleados, el establecimiento de protocolos de acoso que posibiliten detectar a tiempo cualquier episodio de acoso sexual en el ámbito laboral. Es más, la no disposición de tales protocolos de acoso puede suponerle a la empresa la imposición de elevadas multas (superiores incluso a los 200.000 euros) y la pérdida de posibles subvenciones o ayudas a las que pudiera tener derecho.
En Igualándote nos esforzamos por crear protocolos de acoso específicos para cada empresa, personalizados en atención a sus concretas peculiaridades, tales como número de empleados, entorno laboral, sector de actividad y/o convenios colectivos vigentes. Garantizamos de este modo una respuesta efectiva para cualquier contingencia de violencia de género en la empresa. Nuestros protocolos responden a la necesidad de sensibilizar, prevenir y atajar cualquier forma de violencia contra la mujer en el seno empresarial. Conforman en este sentido una herramienta básica para actuar frente al acoso sexual en el ámbito laboral y cumplir al propio tiempo con la normativa legal vigente.
Buenas prácticas empresariales en materia de abordaje y prevención de la violencia contra la mujer
La violencia contra la mujer y el acoso en el trabajo constituyen problemas públicos y sociales de primera magnitud, tal y como evidencian las más recientes estadísticas de acoso sexual. Este tipo de violencia representa en sí misma un ataque contra derechos fundamentales recogidos como tales en nuestra Constitución, tales como el derecho a la vida, a la integridad física y a la no discriminación por razón de sexo. De ahí que la prevención de la violencia de género deba entenderse como un compromiso ético para la construcción de una sociedad más igualitaria y justa.
Esta lacra requiere ser abordada desde todos los enfoques posibles: educación, estamentos públicos, medios de comunicación…, y, por supuesto, desde las empresas, pues no en vano estas conforman espacios vitales en el devenir diario de las personas trabajadoras. Te mostramos a continuación una serie de actuaciones que precisamente desde las empresas pueden y deben acometerse en este aspecto:
- Promoción activa de políticas laborales contra la violencia hacia las mujeres. Estas políticas deberían incluir la generación de entornos de confianza, incluido el establecimiento de espacios seguros dentro de la empresa, así como programas de apoyo a las víctimas.
- Protocolos para detener y abordar a tiempo los actos de violencia y acoso sexual en el ámbito laboral. Es importante que estos protocolos garanticen en todo momento la discreción y confidencialidad, así como el respeto a las víctimas. Han de incluir necesariamente mecanismos de escucha, información y apoyo a las mujeres víctimas de acoso o malos tratos.
- Programas y cursos de formación. Estos deberán ir dirigidos a todos los trabajadores de la empresa, incluidos los responsables de dirección y supervisión, y estarán especialmente enfocados hacia los efectos y consecuencias de la violencia contra la mujer en el ámbito laboral, así como hacia la respuesta adecuada ante las situaciones de esta índole que puedan producirse.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.