¿Cuál fue el motivo de que vuestra organización se integrara en el Observatorio de RSC?
Entreculturas se integró en el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) con la convicción de que la RSC debe ir más allá de campañas filantrópicas o cambios legislativos, apostando por un impacto social medible y transformador. El Observatorio de RSC ha sido clave, ofreciéndonos un espacio de diálogo y análisis crítico sobre derechos humanos, medio ambiente y ética en el sector empresarial.
Estos años han valido totalmente la pena, permitiéndonos participar en debates sobre normativas y políticas públicas, y fortalecer alianzas estratégicas con colaboradores y otros actores, generando confianza y motivación hacia el cambio. Además, los grupos de trabajo del Observatorio de RSC nos han permitido acceder a estudios rigurosos, enriqueciendo nuestra labor en términos de transparencia y eficacia, tanto a nivel interno como externo, contribuyendo a nuestro compromiso con una RSC de impacto real y sostenible.
¿Cómo ha evolucionado la RSC en estos últimos años y Cuál crees que ha sido el mayor avance?
La RSC ha avanzado de ser un conjunto de acciones aisladas a una integración estratégica en las empresas, donde “hacer el bien” ya no es solo un eslogan. Las prácticas responsables están cada vez más incorporadas en los modelos de negocio, apostando por una sostenibilidad a largo plazo con beneficios tanto para las empresas como para la sociedad.
Uno de los avances más destacados ha sido la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como un marco global, al cual las empresas se alinean con metas concretas y medibles. También se ha incrementado la transparencia y rendición de cuentas, con una demanda creciente de información por parte de consumidores, proveedores y la sociedad civil en general. Esto ha impulsado normativas que exigen reportes bajo criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza).
Además, la colaboración se ha vuelto esencial, más allá de conveniencias o requisitos legales, ya que la corresponsabilidad y el trabajo conjunto son imprescindibles en un mercado globalizado. Los desafíos sociales y medioambientales son globales, lo que requiere de más conocimientos, agentes, sistemas de distribución y financiación para abordar problemas complejos y crear valor compartido. Este cambio de paradigma hacia la cooperación y la sostenibilidad es un gran paso en el camino hacia una RSC transformadora.
¿Qué papel consideras que ha desempeñado el Observatorio de RSC?
El Observatorio de RSC ha desempeñado un papel esencial en la creación de una cultura de rendición de cuentas y transparencia en España. Desde sus inicios, ha sido un motor para promover prácticas responsables dentro del tejido empresarial, y ha actuado como un faro para aquellas organizaciones que buscan mejorar sus estándares. Sus informes y análisis han sido cruciales para identificar tanto los avances como las áreas de mejora en las políticas de RSC de las grandes empresas.
El Observatorio de RSC ha funcionado también como un espacio de encuentro entre diversos actores: empresas, ONGs, academia y sociedad civil. Ha promovido la reflexión crítica y el seguimiento de la diligencia debida en materia de sostenibilidad y ética en el sector corporativo. Además, ha sido un fuerte defensor de que la RSC no es una moda pasajera, sino una responsabilidad inherente de las empresas hacia sus entornos sociales y ambientales.
¿Hacía donde crees que va a evolucionar la RSC en los próximos años y papel del Observatorio de RSC?
Sin dudas, la evolución de la RSC estará marcada por el nuevo marco normativo europeo, siendo una oportunidad para el tercer sector a la hora de alinear el imperativo legal para las empresas, con un compromiso compartido y de justicia social. Los retos principales serán aportar valor a las empresas en su transformación hacia una cultura corporativa más responsable, con un enfoque real de propósito y cambio.
Un desafío clave será también la capacidad de medir los impactos negativos en derechos humanos y medioambiente, especialmente dada la diversidad de cadenas de valor, proveedores y disparidad entre países. La armonización de criterios ESG y la comparabilidad en los informes de sostenibilidad serán esenciales.
Para el tercer sector, será indispensable forjar alianzas sostenibles y de largo plazo con el sector privado, basadas en la confianza y dirigidas a objetivos comunes de transformación e innovación social. Estas colaboraciones deben estar integradas en la estrategia empresarial, con mediciones de impacto concretas y cuantificables, asegurando que la RSC sea transformadora y no un simple complemento.
En este contexto, el Observatorio de RSC desempeñará un papel crucial, promoviendo la adaptación de la normativa europea a la legislación española y asegurando que aporte valor tangible a las empresas, en sintonía con la Agenda 2030.