En los últimos años, los problemas en la cadena de suministro han amenazado con estropear la temporada navideña, incluidos el Black Friday y el Cybermonday. Desde los efectos del Covid-19 en los ciclos de producción a la situación económica por la guerra en Ucrania, las interrupciones están cerca de convertirse en la norma.
En 2024, además, la tensión en Oriente Próximo, el conflicto en el Mar Rojo, las huelgas ferroviarias en Canadá o el huracán Milton en Florida nos han recordado las vulnerabilidades de la cadena de suministro.
Por otro lado, las nuevas directivas europeas en materia de medio ambiente, compromiso social y Buen Gobierno (ESG) imponen un nuevo modelo en el que todos los actores del proceso –desde que se genera una demanda o necesidad hasta que llega el producto al destinatario- deben estar auditados y homologados.
Una función de compras digitalizada es socialmente responsable
Ante cualquier tipo de acontecimiento, imprevisto o no, los retailers de todo el mundo deben abordar urgentemente sus niveles de preparación, ya que la cuenta atrás para la mejor temporada del año presenta nuevos obstáculos que afrontar. No olvidemos que la función de compras es clave, ya que entre el 50 y el 70% de la facturación de las empresas industriales la gestiona precisamente esta área.
Situaciones críticas como las descritas, que pueden arruinar el periodo comercial más importante del año, y no solo durante el mismo, obligan a las empresas a diversificar proveedores y buscar rutas alternativas para reducir la dependencia y mitigar el impacto de posibles interrupciones. No menos importante: deben también reducir el impacto de su actividad en el entorno y a asumir buenas prácticas en la contratación y formación de sus trabajadores y proveedores, entre otros.
Por las lecciones aprendidas desde la gran crisis de 2020, queda claro que las empresas con departamentos de compras digitalizados han sufrido mucho menos las distintas crisis que el resto. En efecto, las organizaciones deben aprovechar todas las habilidades y tecnologías para garantizar que su cadena de suministro sea lo suficientemente resistente y flexible para adaptarse a cambios repentinos.
En particular, la integración de la Inteligencia Artificial predictiva y la automatización en los sistemas existentes de gestión de la cadena de suministro y de compras se ha convertido en una necesidad urgente para las empresas que desean seguir siendo competitivas, evitando riesgos potenciales y reduciendo la intensidad de una crisis antes de que afecte a sus resultados.
La automatización impulsada por la IA también agiliza la función de compras, reduciendo el riesgo
de error humano y garantizando que las decisiones críticas se tomen con base en datos precisos y en tiempo real. La IA generativa ayuda a analizar propuestas de proveedores, identificar factores de riesgo clave y generar recomendaciones que se alineen con los objetivos organizacionales, como la reducción de carbono, la selección diversa de proveedores y muchos más.
Pongamos por ejemplo el análisis predictivo: puede ayudar a pronosticar posibles cuellos de botella basándose en una amplia gama de datos de mercado tanto internos, como el rendimiento histórico de los proveedores y la vulnerabilidad a eventos específicos (inundaciones, huracanes, riesgos geopolíticos, etc.) como externos, e incluso integrándose con herramientas de gestión de riesgos ad hoc.
Además de contribuir a la prevención de riesgos y la automatización, las nuevas tecnologías desempeñan un papel clave para ayudar a las empresas a adaptarse rápidamente cuando necesitan cambiar su estrategia de compras y seleccionar un nuevo proveedor o una nueva estrategia para comercializar sus productos o servicios.
De cara al futuro, construir una cadena de suministro sostenible será vital para la supervivencia de cualquier organización, sin importar su tamaño o volumen de negocio. Aquellas que tomen medidas proactivas para integrar análisis impulsados por la tecnología para gestionar el riesgo hoy estarán mejor equipadas para manejar incertidumbres mañana. Pero, al mismo tiempo, podrán cumplir con más solvencia los criterios ESG (medioambiental, social y gobernanza).
Los datos para elaborar planes de contingencia rápidos e informados existen; ahora es necesario aprovechar las herramientas para que los retailers lleven su toma de decisiones al siguiente nivel frente a unas circunstancias cambiantes, tanto naturales como normativas.
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