CEPES acaba de publicar su informe ‘Las empresas más relevantes de la Economía Social’ 2023-2024.
En este documento recoge el análisis de 3.715 empresas de economía social, un 12% más que en el informe del año pasado, y, en él, estudia el tipo de empresa, tamaño y sector económico al que pertenece cada una de las empresas analizadas, ofreciendo una aproximación representativa de la pluralidad y diversidad de este modelo empresarial en España.
Este año, el informe analiza un 12% más de empresas en comparación con el año pasado. ¿A qué factores atribuye este aumento en la participación y qué impacto tiene en la representatividad del modelo de economía social en España?
El aumento del 12% en las empresas analizadas este año puede atribuirse, en parte, al creciente interés y prestigio que ha adquirido el informe como referencia para evaluar el impacto de la Economía Social en España y su dimensión socioeconómica. La continua mejora del informe y de sus sistemas de recopilación de datos han contribuido a que más de 3.700 empresas vean en esta publicación una oportunidad para ganar visibilidad y reconocimiento. La cobertura mediática que genera este Informe amplía además el conocimiento público sobre el tejido empresarial de la Economía Social, así como sobre su relevancia y liderazgo en los diferentes sectores económicos.
El informe señala que el 60% de las empresas analizadas pertenecen a la rama de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca. ¿Qué desafíos y oportunidades específicas enfrenta este sector en el marco de la economía social?
El predominio del 60% en el sector agrícola responde a la propia estructura económica tradicional de muchas zonas de España, donde la Economía Social tiene una fuerte presencia y ha sido y es crucial para promover un desarrollo rural sostenible y evitar la despoblación. Esto, unido a que el cooperativismo agroalimentario representa el 69% de la producción final agraria, es la razón por la que en la muestra haya una buena representación del sector primario.
Este sector se enfrenta a importantes desafíos como la adaptación al cambio climático, el relevo generacional del sector y la necesidad de innovación tecnológica en las explotaciones agrarias obligadas por dos directivas europeas que les obliga a una fuerte digitalización.
A su vez, también tiene la gran oportunidad de liderar la transición hacia una economía verde y fomentar prácticas sostenibles alineadas con los ODS.
Con más de 406.000 empleos sumados por las empresas de la muestra, ¿cómo evalúa CEPES el papel de la economía social en la reducción del desempleo y la creación de trabajo de calidad en España?
El impacto en la creación y mantenimiento de empleo de calidad es el elemento distintivo de la Economía Social, lo que convierte a estas empresas en un actor clave para construir mercados de trabajo más competitivos y justos en España.
El análisis de datos estadísticos que se recogen en informes elaborados por CEPES y en otros documentos oficiales confirman, en primer lugar, que los puestos de trabajo de la Economía Social se caracterizan por ser de larga duración y mayoritariamente a tiempo completo.
Esta calidad se mide también en cómo genera una mayor equidad en el empleo, porque las brechas salariales en la Economía Social son mucho menores, estas empresas facilitan una mejor conciliación de la vida personal y laboral, y son mayores los niveles de igualdad no solo de género sino también de oportunidades para todas las personas. Esto se plasma en puestos de responsabilidad y liderazgo, donde los equipos directivos cuentan con un mayor número de mujeres, por ejemplo.
Además, otro importantísimo valor añadido de la Economía Social reside en su mayor propensión a ubicarse en ámbitos rurales, lo que contribuye a generar en estas zonas un empleo que fortalece la competitividad de las economías locales y arraiga a las personas en los territorios, al encontrar una salida profesional allí donde quieren residir.
Los planes de fomento de la Economía Social que han adoptado no solo los gobiernos Autonómicos sino también el Gobierno de España con su Estrategia de Economía Social, se centran en potenciar prioritariamente la contribución de estas empresas al empleo.
Este papel central hace que CEPES reclame una participación efectiva de la Economía Social en el diseño de las políticas laborales que se acuerdan en el diálogo social. No se puede ignorar el potencial de un agente social con más de 70.000 empresas y entidades que emplean en España a más de dos millones y medio de personas y que son esenciales no sólo para luchar contra el desempleo, sino sobre todo para crear y mantener puestos de trabajo de calidad.
Dado que las empresas de economía social abarcan una variedad de sectores y tamaños, ¿cómo se refleja esta diversidad en la resiliencia y sostenibilidad del modelo frente a retos económicos globales?
El nuevo informe de CEPES “Las empresas más relevantes de la Economía Social, 2023 y 2024” no sólo pone de manifiesto cómo la Economía Social refuerza la competitividad estratégica de la economía española, con empresas de todos los tamaños, desde PYMES hasta grandes líderes, presentes en todos los sectores. En realidad, las 3.700 empresas que recoge este Informe son la punta del iceberg de lo que aporta la Economía Social.
Frente a otras empresas que sólo buscan maximizar sus beneficios, el modelo empresarial de la Economía Social demuestra que hay una manera diferente de actuar con éxito en el mercado, compuesto por una pluralidad de empresas y entidades que comparten un mismo objetivo: construir una economía en la que “las personas priman por encima del capital”.
Es esta “primacía” la que condiciona cómo se hacen las cosas en la Economía Social, para qué las hace y el impacto de su actividad.
Las empresas de Economía Social, además de crear y mantener empleos de calidad, están hoy a la vanguardia de una reindustrialización sostenible, liderando además las transiciones energéticas y verdes justas en coherencia con los principios que rigen su gestión económica. Porque por ley, estas empresas reinvierten una parte de sus beneficios en más y mejores puestos de trabajo, o en responder a retos sociales o medioambientales o en promover la inclusión social.
La Economía Social genera una mayor cohesión social y territorial al priorizar el bienestar de las personas y de los territorios donde nacen y se ubican. Está dando además respuestas innovadoras y encontrando nuevos nichos de mercado para construir sociedades más avanzadas y sostenibles, también generando más inclusión social y prestando servicios esenciales para las personas de salud, educativos, vivienda o para los cuidados.
En definitiva, los efectos de la Economía Social en términos de empleo, empresa, inclusión, económicos, o sociales, son contundentes. Y esto ha hecho que la Economía Social sea reconocida como una palanca de cambio que aporta respuestas a los tres principales retos que tiene la humanidad: luchar contra las desigualdades de todo tipo, ya sean de rentas, de género o de poder; luchar contra el cambio climático y fortalecer los sistemas democráticos, al basarse en un modelo de gobernanza participativa que promueve la transparencia y la equidad.
Este potencial es el que ha provocado que exista hoy una convergencia de estrategias, iniciativas, pactos y medidas para fomentar la Economía Social a todos los niveles; desde las Comunidades Autónomas, pasando por el Gobierno de España, hasta las Instituciones Europeas y las máximas instancias internacionales como Naciones Unidas, OIT, OCDE o el Foro de Davos.
¿Cuáles son los próximos pasos para fortalecer el papel de la economía social en España, y cómo espera que evolucione su contribución al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)?
La Economía Social es una realidad social y económica incuestionable, pero con un potencial aún por desarrollarse.
Acaban de cumplirse diez años de la Conferencia de Economía Social que se celebró en Roma bajo la Presidencia italiana del Consejo de la Unión Europea cuyo título nos marcaba un camino: “Liberar el potencial de la economía social para el crecimiento de la UE”.
Desde ese momento y conforme el peso y fuerza la Economía Social ha ido creciendo, los avances en su reconocimiento institucional han sido espectaculares a nivel europeo e internacional y, sobre todo, a nivel estatal, lo que ha hecho de España el referente en Economía Social para otros Gobiernos, las Instituciones Comunitarias y Organizaciones internacionales que han seguido el modelo de nuestro país a la hora de desplegar políticas para la Economía Social.
Sin dejar de valorar positivamente todo este proceso, existe sin embargo un margen de mejora para fortalecer el papel de la Economía Social sobre la base de los grandes avances alcanzados. Un fortalecimiento que pasa por seguir construyendo un entorno propicio que facilite su desarrollo a través del despliegue del amplio abanico de medidas existentes tanto a nivel estatal como europeo.
Es necesario ampliar las iniciativas que mejoren el acceso a una financiación adaptada a las necesidades de estas empresas o que consoliden su impacto y presencia en nuevos sectores emergentes, con el fin de reforzar su capacidad para ofrecer soluciones innovadoras ante necesidades sociales, medioambientales y económicas.
Para aprovechar todo su potencial, la Economía Social debería incorporarse de manera sistemática a un mayor número de políticas estratégicas ya sean industriales, sociales, educativas, de acceso a la vivienda, energéticas, de apoyo al emprendimiento, y, en general, en todas aquellas dirigidas a generar un crecimiento inclusivo y sostenible.
Porque este modelo empresarial tiene un gran potencial para contribuir a retos globales, como la transición ecológica, la lucha contra las desigualdades o la creación de empleo de calidad, por lo que es un aliado clave en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente en ámbitos como el trabajo digno, la igualdad y la acción climática.
En definitiva, y para avanzar en este sentido, es imprescindible que el “legislador” no sólo no se olvide de la Economía Social, sino que la fomente teniendo en cuenta en las políticas fiscales y empresariales sus características como modelo empresarial, así como en las iniciativas legislativas que regulen el funcionamiento de los diferentes actores económicos.
Además de eliminarse cualquier barrera que pueda limitar el funcionamiento de estas empresas, debe fortalecerse el papel de la Economía Social como motor de cambio y desarrollo sostenible, con el fin de que pueda cambiar de escala y, en definitiva, liberar todo su potencial para construir una economía centrada en las personas y el planeta.
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