Fertiberia, referente europeo en el sector de la nutrición vegetal de alto valor añadido y baja en carbono y las soluciones medioambientales para la industria, ha apostado decididamente por la integración de criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en todas sus operaciones. En esta entrevista, Alfredo Segura, Director Comercial de Fertilizantes en Fertiberia, comparte con Corresponsables cómo la compañía está liderando el camino hacia la sostenibilidad en la agricultura a través de innovaciones como el hidrógeno verde, tecnologías pioneras como N-SAFE y colaboraciones estratégicas con marcas globales. Además, profundiza en los desafíos y logros de su compromiso de alcanzar cero emisiones netas para 2035, así como el papel clave de su centro de I+D+i en el desarrollo de fertilizantes de alta eficacia agronómica con menor impacto ambiental.
¿Cuáles son las bases de las políticas ESG de Fertiberia?
Toda nuestra actividad se rige por criterios ESG, los cuales sirven de guía para cada una de las decisiones de nuestra compañía y como marco para nuestro desempeño. Además, nos impulsan a desarrollar proyectos formulados específicamente para construir, de manera sólida, la mejor versión de Fertiberia para un mundo mejor.
En el ámbito medioambiental, damos gran importancia a nuestro entorno, ya que es una pieza clave en nuestra vida. Para su cuidado, apostamos firmemente por la descarbonización de nuestra actividad y el desarrollo de iniciativas capaces de generar un impacto positivo directo; además de la innovación y el desarrollo para ofrecer a la agricultura fertilizantes con máxima eficacia agronómica y la menor huella de carbono posible.
En cuanto al ámbito social, el bienestar de las personas es una prioridad. Esto incluye a nuestra plantilla, las empresas externas que nos prestan servicios, los territorios en los que operamos y la sociedad. Integrar criterios como la seguridad y salud laboral, la diversidad, la equidad y la inclusión en todas nuestras acciones es esencial para nosotros.
Asimismo, lideramos proyectos de investigación y formación para reforzar nuestro compromiso con la Universidad, como los premios de la Cátedra Fertiberia de Estudios Agroambientales o el premio a la mejor tesis doctoral en temas agrícolas, que ya ha alcanzado su 26ª edición consecutiva.
Finalmente, en el ámbito del buen gobierno, nos regimos por políticas y procedimientos de gobernanza acordes con los más altos estándares internacionales. Estamos orgullosos de liderar el camino hacia la sostenibilidad en la agricultura.
Su empresa ha sido la primera del sector en comprometerse a lograr cero emisiones netas para 2035. ¿Cuáles están siendo los mayores desafíos para lograrlo?
Nos enfrentamos a un doble reto. Por un lado, estamos transformando nuestra capacidad industrial para fabricar fertilizantes con baja huella de carbono. Por otro lado, dotamos a estos productos de innovaciones que aumentan su eficacia agronómica mientras reducen drásticamente su impacto ambiental.
El primer gran desafío fue la transformación de nuestro centro industrial de Puertollano, que en 2022 se convirtió en la primera planta del sector en el mundo en producir fertilizantes a partir de amoníaco verde. Este éxito nos permitió lanzar Impact Zero, el primer fertilizante hidrogenado del mercado con bajas emisiones, producido con hidrógeno renovable en lugar de gas natural.
Actualmente, estamos inmersos en la transformación de nuestra planta de ácido nítrico en Avilés para crear un centro de producción de fertilizantes con la última tecnología, más eficiente y totalmente descarbonizado, evitando la emisión de más de 26.000 toneladas de CO2 al año. Además, hemos implementado medidas como la instalación de sistemas de autoconsumo solar en nuestra planta de Puertollano.
A pesar de que todavía queda mucho camino por recorrer, nuestra vocación es firme y estamos comprometidos a liderar el cambio hacia la sostenibilidad en nuestro sector.
¿Qué papel desempeña el hidrógeno verde en la estrategia de sostenibilidad y cómo ven su impacto en la industria agrícola y energética a largo plazo?
El hidrógeno verde es clave para nuestra transformación hacia la sostenibilidad. Actualmente, somos el mayor consumidor de hidrógeno gris en España, con una demanda nacional que oscila entre 500.000 y 600.000 toneladas. Fertiberia utiliza aproximadamente el 30% de esa cantidad, unas 170.000 toneladas, destinadas principalmente a la producción de amoníaco, que a su vez se transforma en fertilizantes y otros productos industriales.
Reemplazar parte de este hidrógeno gris por hidrógeno verde es esencial para poder ofrecer productos bajos en carbono, que es lo que la sociedad y Europa nos están demandando. Creemos que el amoníaco limpio, producido a partir de hidrógeno verde, tendrá un crecimiento significativo a largo plazo debido a su versatilidad.
El uso más evidente es el del sector de los fertilizantes, ya que el amoníaco es la base de su producción. Sin embargo, también vemos oportunidades en otros mercados. Por ejemplo, junto con el metanol, el amoníaco podría jugar un papel crucial como combustible ecológico, sustituyendo los fuels tradicionales en el transporte marítimo.
Además, creemos que el hidrógeno verde tiene un gran potencial como almacén de energía. Esto permitiría utilizarlo como pila de hidrógeno, facilitando su uso en el almacenamiento y suministro energético a gran escala.
La línea Impact Zero® ha sido destacada como un avance importante en fertilizantes sostenibles. ¿Qué beneficios específicos ofrece esta línea en comparación con los productos tradicionales?
Impact Zero® es el primer fertilizante del mercado bajo en carbono, fabricado a partir de hidrógeno verde. Este enfoque permite reducir drásticamente la huella de carbono en la agricultura, ofreciendo una solución más sostenible y alineada con las demandas actuales de Europa y la sociedad en general.
Para comprender la importancia de este avance, es necesario destacar nuestro posicionamiento como grupo. Contamos con una empresa especializada en diseñar soluciones a medida para cada cultivo, desarrollando productos de alto valor basados en tecnologías de última generación. Estas soluciones tecnológicas están diseñadas para responder a la diversidad de cultivos que existe en España, una de las mayores de Europa y del mundo.
Además de aportar la nutrición esencial para las plantas —nitrógeno, fósforo y potasio—, nuestros productos incluyen biofertilizantes, biocontroladores, bioestimulantes y tecnologías avanzadas que se adaptan tanto a la agricultura convencional como a la de alta precisión. Estas soluciones, además de todas estas ventajas, pueden estar producidas por hidrógeno verde en sustitución del gas natural, lo que eleva exponencialmente tanto su eficiencia ambiental como su eficacia agronómica.
¿Cómo contribuye la tecnología N-SAFE a la preservación de la biodiversidad y a la sostenibilidad del suelo?
N-SAFE es uno de los desarrollos de los que nos sentimos más orgullosos. Es el resultado de nuestra apuesta por la biotecnología y representa un avance pionero en el manejo del nitrógeno, esencial para el crecimiento de las plantas.
El nitrógeno es fundamental porque permite a las plantas crecer. Sin embargo, una parte importante del nitrógeno que se aplica en los cultivos suele perderse en el suelo o el aire debido a procesos como el lavado, la volatilización o la evaporación, lo que además genera contaminación. Este es un desafío importante para la agricultura y el medio ambiente.
Tradicionalmente, para mitigar estas pérdidas se han utilizado productos químicos conocidos como inhibidores de la nitrificación, que son de síntesis química. Aquí es donde N-SAFE marca la diferencia. Tras más de seis años de investigación, hemos desarrollado esta tecnología microbiológica, que es la primera en el mercado con un efecto inhibidor de la nitrificación.
N-SAFE protege al nitrógeno, evitando su pérdida y prolongando su actividad. Esto permite que el nutriente permanezca más tiempo disponible en el suelo y que las plantas lo asimilen de manera más lenta y eficiente. Además, esta tecnología respeta la vida microbiana del suelo, lo que significa que no tiene un impacto negativo en los microorganismos que son esenciales para la salud y la vida del suelo.
A diferencia de los inhibidores químicos, N-SAFE se basa en un microorganismo que proviene del propio suelo, lo que lo convierte en una solución más natural y sostenible. Estamos muy orgullosos de esta tecnología, ya que es un gran avance tanto para la agricultura como para la preservación de la biodiversidad y la sostenibilidad del suelo.
Fertiberia ha establecido colaboraciones con marcas como Marks & Spencer o PepsiCo para reducir la huella de carbono en sus procesos agrícolas. ¿Cómo impactan estas alianzas en la sostenibilidad de la cadena de valor?
Estas alianzas son fundamentales para nuestra estrategia de sostenibilidad. Por ejemplo, cuando lanzamos Impact Zero®, nuestra primera gran colaboración fue con Heineken, con el objetivo de reducir las emisiones en la producción de cebada cervecera. Gracias al uso de nuestros productos, hemos conseguido reducir las emisiones en un 60% por tonelada producida de cebada, a la vez que incrementamos el rendimiento de los cultivos, según los ensayos realizados.
También mantenemos acuerdos con PepsiCo para sus cultivos de patata y maíz en España y Portugal, que se destinan a la producción de sus reconocidos snacks. Colaboramos además con proveedores de productos lácteos como Marks & Spencer y con empresas líderes en sus sectores, como la cooperativa cerealista Vivestia en Francia, el productor hortofrutícola Primaflor en Almería y el Grupo Gallo en Córdoba, que es nuestro acuerdo más reciente.
Nuestra apuesta por el hidrógeno verde representa un cambio en nuestro rol como productores de fertilizantes. Hemos pasado de ser meros proveedores de productos a convertirnos en aliados estratégicos para nuestros clientes, ayudándoles a buscar soluciones globales que permitan la descarbonización total de un sector tan complejo y esencial como el de la alimentación.
¿Podría hablarnos del papel del centro de I+D+i de Fertiberia?
La investigación, el desarrollo y la innovación son el centro de nuestra estructura. Nuestro crecimiento como grupo, manteniendo siempre el compromiso con la sociedad y el entorno, es posible gracias a nuestra apuesta por la I+D+i. En este sentido, nuestra joya de la corona es el Centro de Tecnologías Agroalimentarias (CTA), ubicado en los laboratorios de la Universidad de Sevilla. Aprovecho para agradecer a la Universidad de Sevilla por esta extraordinaria colaboración.
En este centro utilizamos herramientas digitales y Big Data para analizar las composiciones del suelo y desarrollar productos a medida para cada cultivo, suelo y comarca. Nuestro objetivo es dotar a nuestras soluciones nutricionales de la máxima eficacia agronómica mientras minimizamos el impacto ambiental.
Desde el CTA centralizamos toda la actividad de investigación e innovación del grupo, trabajando en un entorno tecnológico y académico de primer nivel. Este espacio nos permite seguir desarrollando soluciones avanzadas que responden a las necesidades del sector agroalimentario y refuerzan nuestro compromiso con la sostenibilidad.
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