El cáncer de mama es una de las principales causas de mortalidad femenina en el mundo, y Bolivia no es la excepción. Cada año, más de 7.000 mujeres reciben un diagnóstico de cáncer de mama en el país, muchas de las cuales enfrentan obstáculos significativos para acceder a los servicios de salud. A pesar de la baja tasa de incidencia en comparación con otros países de América Latina, como Argentina o Uruguay, la falta de diagnóstico temprano y tratamiento adecuado continúa siendo un desafío enorme para el sistema de salud boliviano. Además, este problema se ve amplificado por barreras económicas, geográficas y socioculturales que dificultan que las mujeres accedan a las revisiones y cuidados necesarios.
En este contexto, la alianza entre Oikocredit y Pro Mujer en Bolivia representa un paso importante para mejorar el acceso a la prevención del cáncer de mama en comunidades vulnerables. Desde hace más de tres décadas, Pro Mujer ha trabajado en la región para empoderar a las mujeres, brindándoles acceso a recursos financieros, educación y atención sanitaria integral. A través de este programa de prevención, miles de mujeres en Bolivia han tenido la oportunidad de recibir atención preventiva, diagnósticos tempranos y seguimiento médico, lo que ha supuesto muchas vidas salvadas.
El modelo de atención integral de Pro Mujer no se limita únicamente a la detección del cáncer de mama, sino que ofrece una serie de servicios adicionales que incluyen pruebas de papanicolaou, controles médicos básicos y educación sobre la importancia de la salud preventiva. Este enfoque holístico es crucial en un país donde no existe una cultura preventiva en algunos aspectos de la salud, sobre todo, femenina y la falta de información sobre la autoexploración y la importancia de los cheques médicos regulares es una carencia cada vez más acentuada.
Además, la falta de acceso a recursos de salud para las mujeres, especialmente indígenas y de bajos ingresos, no solo está determinada por barreras culturales, sino también, y de manera más alarmante, por factores económicos. El sistema público de salud enfrenta serias limitaciones, con pocos hospitales, recursos insuficientes y una demanda que supera ampliamente su capacidad de respuesta. Esto obliga a muchas mujeres a posponer o renunciar a la atención médica, incluso para problemas graves como el cáncer de mama. Por otro lado, el sistema privado, aunque más equipado, está fuera del alcance de la mayoría de las familias bolivianas debido a los altos costos que implica. Es esta clase de programas, como el desarrollado por Pro Mujer, los que permiten que las mujeres no solo sobrevivan, sino que también puedan llevar una vida saludable y plena.
Este compromiso con la salud femenina también implica un cambio de mentalidad profundo. A menudo, las mujeres de las áreas rurales o periurbanas se enfrentan a un doble desafío: el de cuidar de su familia mientras ponen en segundo plano sus propias necesidades. El rol tradicional que se les asigna dentro de la familia y la comunidad no solo limita su acceso a la atención médica, sino que también les impide priorizar su salud. Por ello, es fundamental que las campañas de sensibilización y los programas de prevención no solo se enfoquen en la educación sobre el cáncer de mama, sino también incidan en la importancia de priorizar los cuidados personales de las mujeres.
La inclusión de la perspectiva de género en el modelo de atención de Pro Mujer permite que las mujeres reciban un enfoque más integral, que no solo atienda sus necesidades físicas, sino también emocionales y psicológicas. Esta dimensión de atención es esencial, dado el impacto que un diagnóstico de cáncer puede tener en la salud mental de las personas. El miedo, la incertidumbre y el estrés son sentimientos comunes entre las pacientes, y brindarles un espacio seguro donde puedan sentirse arropadas es fundamental a la hora de enfrentarse a esta enfermedad.
Asimismo, es importante destacar que la prevención no debe limitarse únicamente al cáncer de mama. Las mujeres afrontan una serie de riesgos relacionados con su salud reproductiva y general, y es vital que se sigan desarrollando programas globales que aborden de manera holística todas estas preocupaciones. La detección temprana de cualquier tipo de enfermedad es crucial, pero también lo es la promoción de un estilo de vida saludable que refuerce la prevención, impulse el bienestar general y reduzca significativamente los factores de riesgo asociados a diversas enfermedades.
La experiencia de Pro Mujer también pone de relieve la importancia de la cooperación internacional en temas de salud y desarrollo social. El modelo de financiamiento ético de Oikocredit ha permitido que organizaciones como Pro Mujer puedan ampliar su impacto, ofreciendo soluciones sostenibles que no solo aborden las necesidades inmediatas, sino que también promuevan un cambio estructural en la forma en que las comunidades acceden a los servicios de salud. La inversión social y el financiamiento ético son herramientas poderosas que tienen el potencial de transformar realidades y reducir las desigualdades en el acceso a la salud, especialmente en regiones donde los recursos son limitados.
Así, en este Día Mundial Contra el Cáncer, es necesario reflexionar sobre la importancia de la prevención, de la detección temprana y del acceso a la atención médica oportuna. Pero también debemos reconocer el papel fundamental de organizaciones comprometidas con el bienestar de las mujeres, como Oikocredit y Pro Mujer, quienes con su esfuerzo y dedicación siguen luchando para garantizar que todas las mujeres tengan las mismas oportunidades para cuidar de su salud y vivir una vida plena. Es un recordatorio de que la prevención no es solo una responsabilidad individual, sino también colectiva, y que la mejor manera de enfrentar cualquier tipo de cáncer y otras enfermedades es trabajando juntos para crear un entorno más saludable y equitativo para todos.
Nuestra alianza con Pro Mujer muestra que es posible hacer frente a grandes desafíos sociales y de salud mediante la cooperación, la innovación y la empatía. Este tipo de iniciativas no solo salvan vidas, sino que también permiten construir un futuro más justo e inclusivo para todas las mujeres, independientemente de su origen o contexto.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial Contra el Cáncer