Los profesionales mayores de 50 años representan el 30,34% del paro total en España, tal y como revelan los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) de finales de este mes de julio. Además, cuatro de cada diez desempleados senior lo son de larga duración, es decir llevan más de 12 meses en una búsqueda infructuosa de empleo. Esta combinación de factores adversos hace que este colectivo de trabajadores se encuentre especialmente expuesto al “síndrome del teléfono apagado”, una sensación de invisibilidad laboral que Generación SAVIA, el proyecto de la Fundación Endesa en colaboración con la Fundación máshumano, ha detectado en muchas de las personas a las que viene acompañando y formando desde hace cinco años.
Óscar Fajardo, experto en comportamiento humano y social con más de 20 años de experiencia en el ámbito de la empresa y colaborador de Generación SAVIA, ha definido este síndrome como “el estrés que experimentan los individuos que se encuentran en búsqueda activa de empleo y cómo hacen frente a la ausencia de respuesta de las solicitudes laborales enviadas”. Y es que la difícil situación a la que se enfrentan los desempleados mayores de 50 años, les afecta no sólo a nivel económico, sino también a nivel mental y emocional, haciéndoles más susceptibles de sufrir este síndrome del teléfono apagado.
“Hemos creado una sociedad “trabajo-céntrica” en la que se produce una absoluta identificación entre el ser y el trabajar. La desaparición del puesto de trabajo implica también la desaparición de uno de los ejes más importantes en los que la persona apoya su identidad. La consecuencia es la pérdida de una posición clara en el mundo, el bloqueo por no tener claro hacia dónde ir”, destaca Fajardo.
Ana Aceituno, coach ejecutiva, entrenadora de la calidad humana y colaboradora de Generación SAVIA, reconoce haber sufrido este síndrome y su impacto en la salud mental. Para paliar estos efectos, la mentora explica que “es importante buscar apoyo emocional, desarrollar estrategias para afrontarlo de manera saludable y mantener una mentalidad positiva para sobrellevar esta etapa de la búsqueda de empleo de manera efectiva”.
¿Cómo afecta el síndrome del teléfono apagado?
En esta misma línea, Fajardo subraya cómo efectivamente el síndrome del teléfono apagado “puede afectar a la autoestima de las personas y tener efectos psicológicos” que él estructura en cuatro ámbitos:
- Ansiedad y depresión: la constante espera de una llamada o respuesta puede generar altos niveles de ansiedad. La incertidumbre sobre el futuro laboral y la falta de control sobre la situación pueden ocasionar síntomas depresivos
- Autoestima y autoconfianza reducidas: la falta de respuestas o rechazos constantes puede socavar la autoestima y la confianza en las habilidades profesionales de una persona. Pueden surgir sentimientos de incompetencia y duda sobre su valía como profesional.
- Aislamiento social: la falta de respuestas a la búsqueda activa de trabajo puede llevar al aislamiento social, ya que las personas desempleadas pueden evitar el contacto con amigos y familiares debido a la vergüenza o la sensación de no tener nada positivo que compartir.
- Pérdida de sentido de identidad: El trabajo a menudo proporciona una sensación de propósito y una parte integral de la identidad de una persona. La falta de empleo puede llevar a una pérdida de sentido de identidad, a una sensación de estar estancado en la vida.
En este contexto también trabaja el proyecto Generación SAVIA, que lleva más de cinco años impulsando la empleabilidad de los profesionales sénior, ayudándoles a explorar nuevas salidas profesionales y a superar, entre otros, el síndrome del teléfono apagado. Lo hace mediante orientación, formación y visibilizando sus aptitudes en el mercado laboral. “Guiar a los profesionales sénior que se encuentran ante esta difícil situación, así como ofrecerles formación, resulta fundamental pues esta invisibilidad laboral les puede afectar negativamente en su proceso de reinserción en un puesto de trabajo”, asegura Elsa Novo de Miguel, responsable de proyectos en la Fundación Endesa.