La Fundación Daniel y Nina Carasso ha publicado su Memoria de Actividades 2022 que recoge la abundancia de propuestas, innovaciones, soluciones y acciones que ha acompañado durante el pasado año con el objetivo de fomentar la transición hacia una sociedad más justa, equitativa y que permita el desarrollo en plenitud. A través de sus líneas de Alimentación Sostenible y Arte Ciudadano, durante 2022 ha concedido un total de 196 subvenciones por un valor total de 12 millones de euros, de los cuales más de 3’5 millones de euros han estado destinados al acompañamiento de iniciativas impulsadas en España.
En el marco de su estrategia de inversión de impacto, adaptada al ecosistema español, la Fundación ha conseguido un rendimiento de su cartera del 20.93% desde 2015, fomentando este tipo de inversión como herramienta que complemente de manera eficaz al mecenazgo. Así, en 2022 la Fundación impulsó Tiina, el primer fondo de arranque en impact investing dedicado al arte y a la alimentación en España, un proyecto en colaboración con la Fundación Ship2B que, en su primera edición, finalizó ofreciendo un fondo de inversión de impacto total de 220.000€ a cuatro proyectos.
Además, la Fundación recibió el Premio especial del jurado de Couronnes Instit Invest que reconoce la labor de los inversores institucionales a favor de la adopción de buenas prácticas en materia de comunicación y gestión financiera, reconociendo el fondo FDNC-SFS, creado por la Fundación en colaboración con Quadia, que invierte en España y Francia en empresas valientes que reinventan su economía e influyen en el sector aportando soluciones para acelerar la transición hacia una alimentación sostenible.
El apoyo a la alimentación sostenible para impulsar la transformación alimentaria y agrícola
La Fundación Daniel y Nina Carasso está comprometida con un cuestionamiento profundo de los sistemas alimentarios y con el acompañamiento a la transición hacia una alimentación más democrática, solidaria y agroecológica, un compromiso que se traduce en la promoción de la dimensión global de la alimentación sostenible; el apoyo a los territorios y el fomento de la democracia alimentaria y la experimentación con soluciones que favorezcan la salud de las personas y el planeta.
Tras la larga crisis que generó la pandemia de covid-19, el año 2022 ha vuelto a poner de relieve la fragilidad de los sistemas agrícolas y alimentarios, azotados por períodos de inflación y graves tensiones geopolíticas. En este contexto, la Fundación ha hecho gala de su flexibilidad, apoyando aún más a sus colaboradores sobre el terreno e interesándose también por quienes analizan y debaten sobre posibles vías para un futuro ecológico y social, especialmente mediante la investigación y la reflexión.
La publicación del Libro Blanco de la Alimentación Sostenible en España, el estudio sobre precariedad alimentaria Alimentando un futuro sostenible liderado por Ana Moragues o la celebración de unoconcinco, los primeros encuentros de la alimentación sostenible en España, son ejemplos de cómo la Fundación trabaja por generar nuevo conocimiento e incentivar el debate para guiar la toma de decisiones y la puesta en marcha de políticas públicas que favorezcan la transformación de nuestro sistema alimentario hacia modelos más sostenibles y resilientes.
De igual manera, en paralelo a este trabajo, la Fundación ha desarrollado otra labor de fondo, menos visible pero imprescindible para impulsar una verdadera transformación. El acompañamiento de procesos de diseño y ejecución de políticas públicas alimentarias a través de su convocatoria Sistemas Alimentarios Territorializados, el apoyo a Grupos de Acción Local en su transición hacia modelos más sostenibles o la creación de un nuevo programa para el acompañamiento a cooperativas agroalimentarios en la adopción de prácticas agroecológicas son iniciativas que ayudan a consolidar y acelerar la transición alimentaria desde un enfoque sistémico.
El Arte Ciudadano como herramienta poderosa para el cambio social
La pandemia ha dado paso progresivamente a una crisis de sentido en la que las vulnerabilidades de nuestra sociedad actual nos hacen plantearnos la necesidad de dar un enfoque renovado a nuestras vidas y a nuestro mundo. En 2022, la Fundación Daniel y Nina Carasso, a través de su línea de Arte Ciudadano, ha querido contribuir a este desafío, en la medida de sus posibilidades, manteniendo su compromiso con las personas que hacen del arte un catalizador del cambio social.
Conscientes del poder transformador del arte y la cultura, en todas sus formas de expresión, la Fundación Daniel y Nina Carasso ha apoyado durante 2022 un gran número de proyectos que abordan la cohesión y justicia social, tanto dentro como fuera de los muros de las instituciones culturales.
Los resultados de UCI Pediátrica o Diversorium, dos iniciativas de Concomitentes que presentaron sus resultados en 2022, o la activación de Habitar el Palacio, un espacio cultural en desuso y rehabilitado gracias a un trabajo colaborativo, son algunos de los frutos recogidos durante el pasado año.
Con el objetivo de que sus experiencias, y las de otros proyectos de esta línea, acompañados por la Fundación en los últimos años, puedan inspirar y ser replicadas en nuevos contextos, todos ellos se reunieron en un encuentro de dos días para recabar sus aprendizajes y para dar forma a una nueva publicación (dentro de su colección Cuadernos Carasso) que pueda servir de guía para la puesta en marcha de proyectos que fomenten una mayor democracia cultural.
Además, durante 2022 la Fundación ha querido continuar amplificando las voces de los artistas que trabajan con un enfoque comprometido para construir una sociedad más justa y equitativa, galardonando en la segunda edición del Premio Artista comprometido a cinco artistas de España, Francia y Camerún: Basurama, Francisco José Suárez “El Torombo”, Eric Minh Cuong Castaing, el colectivo formado por Valérie Mréjen & Mohamed El Khatib y el camerunés Barthélémy Toguo.
el17, la Casa de las Alianzas en Madrid
En 2022, la Fundación Daniel y Nina Carasso ha finalizado el diseño arquitectónico y el modelo económico de el17 – la Casa de las Alianzas, un proyecto de rehabilitación de un edificio de 3000 m2 en el madrileño barrio de Delicias con el objetivo de generar un espacio abierto para la filantropía y el emprendimiento social en el centro de Madrid.
Su nombre -el17- alude al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 17 de las Naciones Unidas: “Alianzas para lograr los objetivos”. Compuesto por oficinas y talleres industriales, será rehabilitado de forma sostenible para crear un espacio colaborativo abierto al barrio y a la ciudad con 170 puestos de trabajo en oficinas o coworking, varios espacios de alquiler para talleres y eventos, un auditorio de 200 plazas, un restaurante sostenible y dos residencias de artistas y científicos.
Este espacio será un lugar de formación, de acompañamiento a los emprendedores sociales y a las asociaciones, de vida y de encuentro, y servirá para mostrar las soluciones de alimentación sostenible, arte ciudadano y la filantropía así como la economía social y solidaria en general propuestas por la Fundación y sus colaboradores.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.