La inversión que cualquier empresa realiza en proyectos destinados a los demás, siempre tiene beneficios; y es que todos, en mayor o menor medida, obtenemos algún bien. Por eso, existen herramientas que hacen posible medir y mejorar la gestión y transparencia de estos proyectos para así lograr definir el impacto social que pueden llegar a tener.
Romper barreras a través de la tecnología y mejorar la vida de las personas es la premisa bajo la que Samsung lleva 10 años desarrollando su programa “Tecnología con Propósito”, construyendo todos los proyectos que la compañía tecnológica lleva a cabo. Durante esta década, más de 30 proyectos y 25 millones de euros se han destinado a mejorar la vida de las personas a través de la tecnología basándose en la educación, la cultura, la accesibilidad, el bienestar y la formación y empleabilidad, como pilares fundamentales. Fruto de esto se encuentran nuestros programas Samsung DesArrolladoras, Samsung Innovation Campus y otros similares enfocados a lograr este impacto social.
En total, más de 490.000 personas se han beneficiado de los proyectos de este programa, según datos del informe de análisis de impacto social realizado por PWC, de los que casi el 70% son jóvenes y niños. En el terreno de empleabilidad y emprendimiento, Samsung ha contribuido a la formación y al acceso al mercado laboral en disciplinas relacionadas con la tecnología y profesiones STEAM, además de colaborar con las principales instituciones culturales de referencia del país aportando soluciones tecnológicas y generando contenidos para acercar la cultura y las artes al público y mejorar la experiencia de visita a museos.
Samsung DesArrolladoras está dedicado a disminuir la brecha digital; y es que solo el 23% de los que trabajan en el sector TIC son mujeres. Un programa que lleva ya más de 5 años formando a mujeres en el desarrollo de software. El impacto, en este caso, es notable, y ya ha beneficiado a más de 4.000 mujeres. Además, estas formaciones se realizan de la mano de importantes instituciones especializadas en el sector TIC, como la Universidad Camilo José Cela. Por su parte, otro de los programas, Samsung Innovation Campus, tiene como objetivo formar a jóvenes, en disciplinas clave como Big Data o Inteligencia Artificial.
El impacto social de estas iniciativas está siendo un éxito; de hecho, casi el 70% de sus alumnos han accedido al mercado laboral en el sector TIC. Para seguir mejorando la empleabilidad, además, se ha firmado un acuerdo con Human Age Institute para ayudar a los jóvenes a gestionar los procesos de selección y cómo encontrar las ofertas laborales en el sector TIC.
Las acciones de este programa y de todos los que englobados bajo estas iniciativas de impacto social están dentro del programa de responsabilidad social de Samsung, que tienen como objetivo asegurar que las generaciones futuras tengan las competencias tecnológicas necesarias en un mundo cada vez más digital, y para promover una educación inclusiva y diversa.
Precisamente, otro de estos proyectos, Aula del Futuro, es un ejemplo de colaboración público-privada, ya que trabajamos de la mano del Ministerio de Educación y Formación Profesional y las administraciones educativas de las comunidades autónomas. Su objetivo es que todos los docentes vean en esta propuesta un modelo de referencia para promover cambios metodológicos en la práctica diaria de enseñar, a través de la creación y organización de espacios flexibles en sus centros educativos, promoviendo así el uso de metodologías activas.
Este espacio de desarrollo competencial del docente supone un gran impacto y cuenta con los dispositivos necesarios que favorecen una enseñanza sin límites adaptada a la nueva era digital como son los monitores interactivos, Chromebook, smartphones o tablets.
La finalidad de estos proyectos es adaptarse a las necesidades de la sociedad. En Samsung nos esforzamos por garantizar que estas iniciativas tengan un impacto social significativo. Para que este modelo, que mide el éxito en resultados inclusivos y no en datos económicos, alcance todo su potencial, es crucial establecer unas normas estables y ampliamente aceptadas por las diversas organizaciones que conforman el ecosistema económico y social. Esto nos permitirá medir y gestionar de manera efectiva estos impactos.
Hoy en día, lo importante es sin duda generar este impacto social y que sea medible para poder cuantificar y cualificar los resultados en lo que a su contribución social se refiere. Todas las empresas debemos adquirir el compromiso de avanzar en una sociedad más justa, solidaria y con valores que nos permita crecer y desarrollarnos sin dejar de lado estos objetivos tan necesarios.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Medición y Comunicación del Impacto Social, en colaboración con Possible Lab.