El Día Mundial del Medio Ambiente pone foco en nuestro papel como sociedad para reducir el daño medioambiental y mitigar los efectos del cambio climático.
Es un momento para pararnos a pensar qué podemos hacer todos los actores sociales para cuidar el planeta y su naturaleza, y sobre cómo podemos sumar esfuerzos e impulsar iniciativas para luchar contra la contaminación, proteger la biodiversidad, y, apoyar a las comunidades que, desgraciadamente, son quienes sufren las consecuencias más graves del calentamiento global.
Las personas desplazadas y apátridas, incluidas las mujeres, los niños, las personas mayores, las personas con discapacidad, las personas LGBTQI+ y los pueblos indígenas, se encuentran entre los más necesitados de protección.
Como dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres, “El tiempo de los pequeños pasos ha pasado. Lo que se necesita ahora es un cambio transformador”. Con este espíritu, ACNUR está intensificando su compromiso y ambición para hacer frente a los retos humanitarios y de protección que ya se están viendo amplificados por la emergencia climática, y para mitigar y prepararse para los que están por venir.
Existe un claro nexo entre el cambio climático y los desplazamientos forzados por desastres naturales. El cambio climático se manifiesta en la creciente intensidad y frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, como lluvias anormalmente intensas, sequías prolongadas, olas de calor y ciclones.
Estos peligros ya están provocando desplazamientos masivos de personas cada año. La mayoría son desplazados internos dentro de sus países de origen, mientras que algunos también pueden verse obligados a cruzar fronteras en busca de seguridad y protección. La huida no deja de aumentar y poblaciones enteras están viendo sus vidas completamente alteradas por los estragos de la crisis climática.
A su vez, las personas afectadas por el cambio climático se encuentran normalmente en países o regiones en conflicto o de rentas medias y bajas, lo que acentúa su vulnerabilidad de manera exponencial.
Las empresas desempeñan un papel crítico a la hora de diseñar estrategias para cumplir con los criterios ESG, sin embargo, es importante no olvidarse de las personas que están detrás, las que sufren el impacto creciente y desproporcionado de las catástrofes climáticas. Son parte de la “S” de los criterios, y se deben tener en cuenta a la hora de definir políticas medioambientales y objetivos empresariales.
Por ello, desde el Comité español de ACNUR colaboramos con entidades que buscan apoyar iniciativas como, por ejemplo, la reforestación de terrenos en campos de refugiados -creando cinturones verdes con huertos y árboles frutales, la formación agrícola para personas desplazadas y las comunidades de acogida para desarrollar técnicas agrícolas que sean más resistentes a sequías prolongadas, la provisión de paneles solares para escuelas y hospitales, y la instalación de sistemas de agua y saneamiento sostenibles.
Son muchos los tipos de alianzas que representan un esfuerzo común para contribuir a la Agenda 2030, en particular al ODS 6: Agua limpia y saneamiento, 13: Acción por el clima, y 15: Vida de ecosistemas terrestres.
Si vuestra entidad también quiere impulsar un proyecto que genere un impacto positivo para nuestro planeta y apoye a las personas desplazadas, también puede hacerlo. Os invitamos a escribirnos a empresas@eacnur.org. Juntos, podemos asegurarnos de que, nadie se quede atrás.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente 2023.