La normativa de la Unión Europea que desarrolla los criterios técnicos necesarios para determinar qué actividades económicas contribuyen a los objetivos climáticos ya está en marcha. En consecuencia, todas las empresas ya pueden desarrollar en sus informes qué grado de compatibilidad ofrecen respecto a la taxonomía de la UE, ofreciendo así la información necesaria a los inversores sobre su alineación con los ODS.
Según Joaquín Garralda, presidente de SPAINSIF, la nueva normativa “es un avance claro” que permite que las nuevas reglas de juego con las que elaborar los informes anuales cumpla “con las expectativas de una transparencia exigente”.
En esta misma línea se expresa Iñaki Irisarri, coordinador de la Fundación Caja de Ingenieros y responsable de proyectos de desarrollo sostenible del Grupo Caja de Ingenieros, quien asegura que “los principales beneficiados, además de la misma empresa, son también sus clientes, tanto directos como indirectos, y del mismo modo, sus posibles inversores, que buscan cada vez más invertir en proyectos que se puedan clasificar como sostenibles, incluso premiando esta sostenibilidad con condiciones de financiación más ventajosas”.
En cualquier caso, el presente Dossier Corresponsables ‘La taxonomía de la UE, herramienta de transparencia’ pretende arrojar luz sobre un tema que pese a ser de vital importancia en nuestro sector, todavía no es muy conocido para el gran público.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: La taxonomía de la Unión Europea, herramienta de transparencia, en colaboración con Spainsif.