El 17 de mayo, Día Mundial del Reciclaje, es ese momento del año en el que echamos la vista atrás para revisar cuál ha sido el efecto de nuestras acciones cotidianas y valorar cómo hemos avanzado en nuestro propósito de cuidar del medioambiente. Y, aunque existen muchos hábitos que pueden ayudarnos a proteger el planeta, el reciclaje es, sin duda, una de las acciones que nos ayudan a avanzar hacia la circularidad.
De hecho, este compromiso de la sociedad con el reciclaje es algo cada vez más extendido, y lo vemos en los datos de 2022, donde se consiguieron reciclar más de 1,6 millones de toneladas de envases domésticos de plástico, metal, briks, papel y cartón –un 3,6% más que en 2021- haciendo de 2022 el año en el que más envases se han reciclado desde que este hábito llegara a nuestras vidas.
Y todo ello ha sido posible gracias a la implicación ciudadana con la separación de sus envases, no solo en casa, sino también en sus lugares de trabajo, de vacaciones, donde practican deporte o en los eventos a los que asisten. Pero también al trabajo realizado por los ayuntamientos de toda España para acercarles el reciclaje: desde la instalación de contenedores amarillos y azules -llegando a los más de 630.000 que hay en la actualidad-, hasta la mejora del proceso llevado a cabo en las plantas de selección y la puesta en marcha de numerosas campañas de concienciación.
Llegar hasta aquí no ha sido un camino sencillo. Hace 25 años en España prácticamente no existía el reciclaje y, gracias a la aprobación de la Ley de Residuos, la recogida selectiva fue, poco a poco, entrando en nuestros hogares. Todo ello bajo la imperante necesidad de ponernos manos a la obra para gestionar esos residuos y contribuir, con este gesto, a poner nuestro granito de arena para cuidar del medioambiente.
En aquel entonces, conseguimos reciclar poco más de 49.000 toneladas, una cifra que se aleja mucho de los datos actuales y que nos muestra que la sociedad española ha asumido, cada vez más, la importancia de reciclar. Precisamente por este motivo, y en un día como hoy, queremos felicitar a todos por los esfuerzos que se han realizado a lo largo de estos años, por hacer posible que el reciclaje siga creciendo y llegando a más lugares, como aeropuertos, bares, colegios… pero, sobre todo, por ser ejemplo de corresponsabilidad. Porque llegar hasta aquí no sería posible si no hubiera una convicción y una entrega por para uno de los que formamos parte de este ciclo.
Pero esto no significa que debamos conformarnos. Ahora tenemos nuevas normas legislativas que nos impulsan a reciclar aún más y a hacerlo mejor. La recogida selectiva ya no será algo optativo para otros residuos, como los textiles y la materia orgánica y, además, debemos aspirar a alcanzar las mejores cifras posibles en aquellos residuos que ya llevan años separándose. Y no solamente eso: si realmente queremos hablar de economía circular debemos hacerlo desde la base de la reducción y la reutilización, tenemos que promover y fomentar estos conceptos a todos los ámbitos de nuestra vida, y es algo que debemos hacer porque realmente lo creamos así y no porque nos veamos obligados a hacerlo.
Ojalá, dentro de 25 años, quien escriba unas líneas similares a estas pueda echar la vista atrás y sentir el mismo o mayor orgullo de lo alcanzado por la sociedad, pero también pueda mirar al futuro con optimismo y con la convicción de que todo irá siempre a mejor.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Reciclaje.