Seguramente habrá quien pueda pensar que ésto de la Accesibilidad es algo recién “inventado” para que algunos hagan “caja” con nuevas leyes y normas. No sé por qué pero me imagino que en su momento debieron de pensar algo muy parecido a la prevención de riesgos laborales. Los accidentes laborales, como la discapacidad, son cosas que les pasan a otros, para qué perder el tiempo y menos el dinero, en algo que no me toca directamente.
Pero a veces la vida es como el cine, con sus guiones imprevisibles que hacen que un día puedas vivir las dos escenas de manera exactamente consecutiva, sin cortes ni anuncios. Escena 1: imagen de un accidente en el trabajo. Escena 2: Imagen del certificado de discapacidad.
Precisamente hoy en día, los accidentes laborales son una de las principales causas de la discapacidad sobrevenida, y no sólo se refiere a las consecuencias físicas sino también a la pérdida de audición, visión y comprensión. Justamente las mismas realidades que vamos a vivir todas las personas en un futuro más o menos próximo que es “hacerse mayor”.
Por eso siempre digo que, si te gusta el cine o el teatro y quieres seguir disfrutándolo toda la vida, ya puedes ir empezando a creerte la importancia de la accesibilidad universal. Y digo bien “universal” ya que nunca vas a saber en qué orden vas a ir viviendo la pérdida sensitiva, cognitiva y física.
Para aquellas personas que no conozcan aún mucho el término, decir que hay 4 grandes tipologías (a rasgos generales) que son la accesibilidad física, del transporte, del producto y a la comunicación. Y me atrevería a decir que también están en este orden en cuanto al coste y a la rentabilidad, aunque obviamente sea una afirmación siempre “negociable”.
Como el título de esta tribuna de opinión indica claramente, me interesa el potencial de la accesibilidad en el sector audiovisual y ésta se refiere fundamentalmente a la Comunicación.
Quizás hay quien piensa que para que un/a espectador/a vaya a una sala de cine puede necesitar, desde que sale de la puerta de su casa, un ascensor, una rampa, un vehículo adaptado, una plaza de parking reservada, unas rampas y una butaca adaptada. No estará equivocada esta persona, aunque seguramente estará pensando en una persona con movilidad reducida usuaria de silla de ruedas.
Sin embargo, la realidad es que la diversidad de la vida lleva a que las necesidades de accesibilidad sean otras. En este caso, el listado de necesidades se reduce por una parte (se entera de que exhiben una película, compra una entrada y se sienta en la butaca) y se amplía por otra con las medidas de accesibilidad universal a la comunicación audiovisual.
No es éste el lugar para describir todos los recursos de apoyo que existen actualmente, pero si quisiera mencionarlas para que el /la lector/a compruebe que son muchas más de las que podía imaginar. Empecemos: subtitulado, lengua de signos/señas, audiodescripciones, locuciones, pictogramas, programas en diferentes formatos, audio introducciones, video introducciones y video conversatorios.
Todas estas medidas se pueden aplicar directamente en pantalla con más o menos acierto.
Desde el clásico subtitulado en blanco sin bordes, incomprensible como el idioma de la propia película cuando el fondo de la película es blanco, hasta el Marco de Accesibilidad Audiovisual hay un sinfín de propuestas y de recursos a integrar en una producción.
Sin duda, es mucho más sencillo que adaptar un wc, una escalera o un vehículo; y además teniendo en cuenta que hoy en día, desde los dispositivos móviles y ordenadores son los medios donde más cine se consume, el alcance de dichas medidas de accesibilidad universal es infinitamente mayor. Normalmente las adaptaciones suelen servir para un número limitado de usuarios/as. En el caso de la producción audiovisual, incluir unas audiodescripciones puede ampliar el número de espectadores por millones en el mundo.
Además, los avances tecnológicos van a ir facilitando y reduciendo el coste de los procesos de apoyo a la comunicación, con lo que los principales argumentos irán perdiendo validez frente a los claros beneficios empresariales y personales.
Como decía aquel dicho “más vale prevenir que curar”, es tiempo de entender que la accesibilidad universal se tiene que aplicar ahora para disfrutar mañana.
Esta tribuna forma parte del Dosier Corresponsables: Expo+Accesible 2023.