Más de 350 personas han muerto, 4.393 están desaparecidas y más de 100.000 están desplazadas tras las inundaciones repentinas y los corrimientos de tierra en Kalehe, un territorio de la provincia de Kivu del Sur de la República Democrática del Congo (RDC).
“Ayer se habían recuperado 351 cadáveres, la mayoría de los cuales están siendo enterrados en fosas comunes”, explica Jean Baptiste Mirindi, responsable de Comunicación de World Vision en RDC.
“El pasado jueves por la noche, los ríos Nyamukubi y Chishova se desbordaron y arrasaron todo lo que encontraron a su paso. Viviendas, un mercado, dos escuelas, un centro de salud, una sala polivalente y un almacén fueron arrasados en una de las comunidades situadas al pie de las verdes colinas de Kalehe”.
World Vision advierte que el acceso de la ayuda humanitaria se ha hecho casi imposible en algunas zonas porque las carreteras principales a las áreas afectadas en los pueblos de Bushushu, Nyamukubi y Rambira han quedado intransitables a causa de las lluvias, lo que ha dificultado la respuesta temprana. Como resultado, las familias afectadas aún no han recibido la ayuda que tanto necesitan y es probable que aumente el número de muertos si no se presta ayuda inmediata.
“Es probable que esta catástrofe humanitaria reciba menos atención que otras. Pero estas vidas son tan importantes como cualquier otra. Pedimos a la comunidad internacional que haga todo lo posible para ayudarnos, a nosotros y a otras ONG, a acceder a las comunidades cuyas vidas han sido devastadas por estas inundaciones. Debemos hacer todo lo posible para evitar más pérdidas de vidas humanas”, afirma Mirindi.
World Vision está viendo cómo aumentan las catástrofes naturales, y como el cambio climático tiene efectos devastadores para los más vulnerables del mundo.
“Estamos asistiendo a un patrón muy preocupante. El cambio climático está provocando inundaciones y corrimientos de tierra aquí y en muchos otros lugares de la RDC. Los menos responsables del cambio climático son los que más lo sufren. Aquí se pierden vidas, y el resto del mundo no puede quedarse de brazos cruzados viendo cómo las inundaciones, los corrimientos de tierra y los graves incidentes meteorológicos matan a personas, incluidos niños y niñas, y arrasan años de esfuerzos invertidos en desarrollo”, afirma Aline Napon, directora de World Vision en la RDC.
World Vision ha enviado un equipo para evaluar el impacto de estas inundaciones y advierte que, además del agua, los alimentos, el refugio, las medicinas y las necesidades esenciales, el cólera es también una amenaza real que debe tomarse en serio.
“La comunidad humanitaria, el gobierno, los donantes y las principales partes interesadas deben realizar una programación más anticipatoria para hacer frente a estos retos relacionados con el clima. La población de la RDC está sufriendo a causa del cambio climático. La comunidad mundial tiene la responsabilidad de hacer frente a esta situación”, concluye Napon.
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