ASPAPEL es una organización profesional de ámbito estatal que agrupa a las empresas del sector de la celulosa y el papel, que suponen el 90% de la producción del sector a nivel nacional. Arantza Pérez Oleaga, Directora Forestal de ASPAPEL, señala que “el objetivo de la entidad es contribuir al desarrollo competitivo y sostenible de las empresas papeleras, además de trasladar a la sociedad las ventajas del uso de productos de papel y cartón que fabricamos”.
La industria papelera centra su responsabilidad social y empresarial en cuatro ejes de acción. “Primero, desde el origen, realizamos una gestión forestal sostenible en la producción de madera. Segundo, aseguramos que el proceso productivo sea eficiente y responsable. Tercero, nos centramos en la recuperación del papel usado para su posterior reciclado, que nos suministra gran parte de la materia prima. Por último, ponemos especial énfasis en la generación de riqueza y contribución a la calidad de vida”, explica Arantza.
“ASPAPEL siempre ha sido un referente en materia de sostenibilidad. Nuestra idea consiste en trabajar en diversas palancas que nos ayuden a conseguir la bicircularidad del producto, que es nuestra seña de identidad. En la actualidad, trabajamos en dos estrategias fundamentales que enmarcan los planes de acción de la organización, la descarbonización y el reto climático que nos llega desde la UE y a nivel global”, revela la Directora Forestal de ASPAPEL.
La comunicación es esencial para ASPAPEL. “Cada vez vivimos en ciudades más alejadas del medio natural y comprender de dónde vienen los recursos naturales y renovables es un gran reto como sociedad ya que cada vez entendemos menos de dónde viene todo lo que reclamamos y necesitamos como consumidores. Tenemos la conciencia de conservar el medio natural, pero desconocemos que la mejor manera de hacerlo es gestionando y generando un valor económico. Explicar esto es fundamental”, manifiesta Arantza.
De cara al futuro, la industria papelera se enfrenta a una coyuntura que le exige afrontar con determinación la mitigación y adaptación al cambio climático, abandono rural y crisis energética. “Haciendo un puzzle con todos estos retos, nuestras empresas tienen la inercia de una innovación imparable en I+D con el fin de desarrollar mejores productos, más novedosos y que dan respuesta a los desafíos dentro de un modelo de economía circular”, finaliza Arantza.
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