La precariedad es uno de los grandes problemas de la juventud en España, como lo es también que la tasa de empleo se haya reducido considerablemente entre la juventud desde la anterior crisis económica. La parte positiva es que el escenario cambiará de cara a 2030. Según el Estudio prospectivo sobre Empleo y Juventud en España de Ayuda en Acción, la tasa de desempleo juvenil se reducirá por la disminución de población en edad de trabajar como consecuencia del envejecimiento demográfico.
Sin embargo, si se tiene en cuenta el potencial de creación de empleo juvenil, la situación podría mejorar mucho más de lo previsto. Por el Día Internacional del Trabajo, la organización pone en valor este indicativo en España y el futuro al que se puede aspirar: Los datos muestran que existe un importante potencial de empleo juvenil, aunque este potencial no es igual para todas las ocupaciones.
El mayor potencial está en las profesiones científicas e intelectuales
Como muestra la tabla siguiente, en términos totales el mayor potencial de creación de empleo entre jóvenes en España se encuentra en las profesiones científicas e intelectuales, con 397.638 puestos de trabajo extra si tuviéramos la misma intensidad de empleo que la media de los países europeos analizados. En segundo lugar, se sitúan las ocupaciones técnicas y profesionales de nivel medio (312.802 puestos de empleo potenciales) y los puestos de personas oficiales, operarias y artesanas de artes mecánicas y de otros oficios (245.028).
El sector con mayor potencial es la industria manufacturera
Respecto a los sectores, el que tiene mayor potencial de creación de empleo en valores absolutos es la industria manufacturera. A pesar de la deslocalización industrial llevada a cabo en las últimas décadas en la mayor parte del continente, en los 8 países seleccionados trabajan en actividades manufactureras 12,13 personas entre 20 y 29 años por cada 1.000 habitantes, frente a tan solo 5,65 en España. Esto supone que, si tuviéramos la misma intensidad de empleo que estos países, se podrían crear más de 307 mil puestos de trabajo para jóvenes en esta actividad.
Sectores en los que se concentra el potencial de empleo
Además, del cruce entre las actividades económicas y las ocupaciones, las profesiones científicas e intelectuales acumulan gran parte del potencial, y los sectores en los que se concentra ese potencial son las actividades administrativas y servicios auxiliares (96.684 jóvenes), el sector de información y comunicación (65.404 empleos potenciales) y la Administración Pública (55.451). Por su parte, el crecimiento potencial del personal técnico y profesional de nivel medio se produce principalmente en el sector de las actividades sanitarias y de servicios sociales (83.414 jóvenes) y, en menor medida en la Administración Pública (47.868).
Por último, el incremento en el empleo joven de personas oficiales, operarias y artesanas de artes mecánicas y de otros oficios vendría determinado por los sectores de la manufactura (100.950) y la construcción (80.570). Para finalizar, cabe destacar que en el sector de la hostelería existe un exceso de personas trabajadoras jóvenes con respecto a las ratios de los países europeos analizados. No obstante, ese superávit se da principalmente en las ocupaciones de menos cualificación, y, en especial, en la ocupación de personas trabajadoras de los servicios (123.699 jóvenes) frente a un déficit de 127.964 en puestos directivos y de gerencia.
La Formación Profesional para lograr el potencial de empleo juvenil
Para conseguir crear esos puestos de empleo juvenil, la Formación Profesional es un factor determinante. La creación de puestos de trabajo de personal técnico y profesional (entre 312.802 y 245.028 empleos) era una previsión con la que ya se contaba la década anterior. Sin embargo, no se consiguió acercarse al número de personas jóvenes trabajadoras por mil habitantes que presentan los países de nuestro entorno en estas ocupaciones.
En el Estudio se señala que el factor que puede cambiar la situación es la tendencia en aumento del alumnado de Formación Profesional, gracias al cual cada vez las personas jóvenes cuentan con las cualificaciones necesarias para este tipo de empleos. “La sociedad está cambiando el sesgo que se ha tenido sobre la FP porque se ha demostrado como un camino directo a la contratación estable.
Como se indica en el Estudio, dada la necesidad de la población de aprendizaje continuo y formación permanente, debe diseñarse una oferta académica flexible. La FP en este punto es clave porque permite estudios cortos (respecto a otras formaciones como la Educación Universitaria) y especializados para responder de forma ágil a las demandas del mercado. Además, la Formación Profesional Dual, que combina la formación académica con las prácticas en empresas, es una apuesta clara en el espacio europeo hace tiempo”, argumenta Verónica de la Cruz, Responsable de Empleo de Ayuda en Acción.
Como destaca también la experta de la organización, el acompañamiento en estas etapas de formación resulta “fundamental” para frenar el abandono educativo y para incrementar la empleabilidad. Ayuda en Acción realiza este trabajo en sus programas de orientación y desarrollo de competencias personales y profesionales adaptadas a lo que demanda el mercado laboral en más de 35 centros educativos de España.
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