Como responsable de medio ambiente del Grupo Freixenet, durante los últimos 25 años, he tenido la oportunidad de colaborar en muchos proyectos, foros y estudios ambientales con numerosos profesionales del sector, también mujeres. El medio ambiente y la sostenibilidad son áreas en las que ha predominado la presencia femenina a diferencia de otros sectores más productivos o de ingeniería. Además, en los últimos años he notado un incremento en la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad ligados con la sostenibilidad y el medio ambiente.
A pesar de estos avances en la inclusión de mujeres en los departamentos ambientales, todavía queda mucho por hacer en la dirección del ODS 5: lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. Las mujeres siguen estando subrepresentadas en puestos de liderazgo y muchas veces se enfrentan a barreras invisibles que dificultan su progreso profesional.
Además, las mujeres suelen tener habilidades y cualidades que son particularmente útiles en el ámbito de la sostenibilidad, como una mayor generosidad, empatía y sensibilidad hacia los problemas sociales y medioambientales. Estas habilidades son de gran utilidad a la hora de desarrollar nuestra función, que creo que es una función muy formativa, basada en la colaboración y en la confianza para encontrar soluciones que permitan llevar a cabo este cambio de paradigma económico.
Al formar parte de distintas comisiones y grupos de trabajo, como la Asociación Catalana de Responsables de Medio Ambiente de la Industria (ENVICAB), la comisión de medio ambiente de la Federación Española del Vino (FEV) o el grupo de economía circular de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), entre otros, he tenido la oportunidad de conocer a grandes compañeras que, para mí, han sido y siguen siendo un referente, y de las que aprendo, día a día, la importancia de la mejora continua y de crear vínculos de apoyo.
Para ejemplarizar este punto, me gustaría destacar el proyecto de transporte intermodal de producto acabado liderado por Cristina Durán, Responsable de Logística de Grupo Freixenet, y en que el departamento de medio ambiente ha colaborado activamente para conseguir un objetivo común, mejorar las emisiones de CO2 ligadas a nuestro transporte.
Así pues, se hace evidente que la colaboración entre profesionales y departamentos y la responsabilidad compartida son esenciales en nuestro campo. Los departamentos de sostenibilidad deben escuchar, acompañar y formar a los otros departamentos en el camino hacia un cambio en el modelo productivo y hacia la revolución ambiental, basada en la actualidad en la descarbonización, la economía circular y la protección de la biodiversidad, debemos pasar de un modelo lineal a uno circular.
En conclusión, creo que el papel de la mujer en los departamentos ambientales de las empresas en España es fundamental para garantizar una gestión más sostenible y eficiente del medio ambiente. Las mujeres aportan una perspectiva valiosa y necesaria, y es importante seguir trabajando en la eliminación de las barreras que impiden su participación plena y equitativa en este ámbito. Así mismo, su gestión es un ejemplo de empatía y generosidad, cualidades clave en un contexto en el que la colaboración y la responsabilidad compartida son el eje de los proyectos de sostenibilidad.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables 8M-Día de la Mujer, el papel de la mujer en el desarrollo sostenible: retos y oportunidades.