En dos días ponen rumbo a Ucrania para hacer realidad la campaña #RetoHospitalDeCampaña. ¿Qué nos pueden explicar de este proyecto?
Sor Lucía Caram (SLC): Hemos visto la crueldad y la fuerza destructora de esta guerra. Hemos podido hablar con heridos cuyos cuerpos están mutilados por el efecto de los misiles, la metralla, los ataques… Su cercanía y relato nos impactan y su dolor es nuestro dolor. Nos dicen que, si hubieran tenido cerca asistencia sanitaria y un hospital, la mayoría de las personas no habrían muerto.
Es urgente llevar hospitales de campaña a la zona para poder operar y estabilizar a los heridos -civiles y militares- y para poder así salvar sus vidas.
Hace unos meses con Mensajeros de la paz y la Fundació del Convent de Santa Clara nos propusimos enviar 30 ambulancias. Y hasta el momento hemos mandado ya 84. Ahora nos piden un hospital de campaña y no tenemos ninguna excusa para no intentarlo. Cada vida cuenta… Así que vamos a por ello. Somos intolerantes con el dolor provocado y con la violencia, y solo la combatimos si nos implicamos.
Padre Ángel (PA): Tenemos que seguir apoyando a Ucrania. Están sufriendo de todo. Tenemos que ayudar a paliar tanto sufrimiento. No podemos dejar de ayudarles en todo lo que podamos, por eso, primero comenzamos el reto de las ambulancias, los generadores y ahora queremos llevar el hospital de campaña.
Este mes se cumple un año de la guerra de Ucrania. ¿Qué balance hacen de estos meses? ¿Cómo han aportado su granito de arena la Fundación del Convento de Santa Clara y Mensajeros por la Paz?
SLC: Es una locura lo que se está viviendo. En una guerra todos perdemos y nada la justifica. La humanidad se está desangrando y debemos hacer todo lo posible para pensar en las víctimas de este gran choque sangriento.
Hemos llevado mucha ayuda humanitaria, hemos abierto varios corredores humanitarios, entre las dos fundaciones hemos salvado más de 4.000 vidas y hemos acogido a unas 1.000 más… Todo es poco. Ir a Ucrania y ponernos en la piel de los que sufren ha hecho que esta sea nuestra causa. Y eso nos hace alzar la voz y pedir y suplicar ayuda para cumplir este nuevo reto. Unos envían misiles para que se defiendan y seguramente son necesarios. Pero al mismo ritmo debería ir la ayuda humanitaria. No queremos que esto quede en el olvido.
PA: El balance que puedo hacer de este año es que, aunque todos dicen que están “ganando”, mientras haya guerra y sufrimiento todos están perdiendo. Mensajeros de la Paz pondrá su granito de arena para paliar los daños de la guerra en todo lo que podamos.
SLC: Precisamente, el Padre Ángel estuvo allí y está actuando con otras entidades. Desde la Fundació del Convent estamos enviando ayuda humanitaria. Esta semana enviaremos mantas térmicas y ayudaremos a familiares de personas de Siria que tenemos acogidos en Manresa y nos piden ayuda.
PA: Hace pocos días tuve la oportunidad de estar allí, acompañando a los equipos de rescate de Bomberos Unidos y otras ONG con las que Mensajeros de la Paz está colaborando allí. Pude sentir bajo mis pies cómo temblaba el suelo por las réplicas y fue increíble ver el trabajo que estaban haciendo los equipos de bomberos y otros equipos de rescate y ayuda humanitaria, cómo rescataban a personas que llevaban días enterradas en los escombros. Vi cómo trabajaron horas y horas para rescatar a un niño de 12 años. Mensajeros de la Paz siempre intenta estar allí donde nos necesitan, acompañando y trabajando por los que sufren. Seguimos mandando recursos a ONG que siguen en terreno.
SLC: La gente ha sido muy generosa. Pero a la solidaridad compulsiva del primer momento no siempre le sigue la solidaridad en el tiempo. Es lógico porque aquí las cosas no son fáciles, pero queremos insistir en que, si cada día nos preguntamos: ¿con lo que soy y con lo que tengo qué puedo hacer para que alguien esté mejor? la esperanza no podrá fallar. Siempre podemos hacer algo más.
PA: Siempre digo que estamos en una sociedad rica en valores. Una sociedad solidaria. Las personas son solidarias. A pesar de esta guerra y de las dificultades económicas, tenemos un mundo mejor que el de hace unos años. A pesar de todo, no podemos ser agoreros, sino optimistas.
SLC: No me corresponde a mí juzgar. Sí veo que hay un negocio detrás de esta y de todas las guerras. La paz no llega con más armas, pero un pueblo invadido y atacado con tanta fuerza tiene derecho a defenderse. Y Ucrania, si no fuera por la ayuda recibida, ¡ya estaría aniquilada! Es muy injusto, pero aquello es una sangría terrible.
PA: Las armas que se están enviando, por desgracia, son para la defensa de Ucrania. Si Putin quisiera parar la guerra, se dejarían de enviar armas. Por primera vez en la historia, casi todos los países del mundo están en contra de esta guerra. No ocurrió lo mismo en otras ocasiones. Ahora, nadie quiere esta guerra.
SLC: Que la diplomacia no solo ha fracasado, sino que han tirado gasolina a un fuego que podría haberse apagado o controlado. Hoy es incontrolable y no se vislumbra el final. Que entiendan que la política es para servir a la justicia y a la paz y para promover la convivencia y el progreso y no para enriquecerse. Y menos a precio de vidas humanas.
A los ciudadanos, les pido que nos ayuden a conseguir este reto: donando o haciendo un bizum.
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