World Vision está profundamente preocupada por la grave situación de los niños y niñas no acompañados en Siria tras los terremotos sufridos el 6 de febrero. El ya sobrecargado sistema de protección de la infancia en el noroeste de Siria está ahora colapsado con un número extremadamente alto de niños no acompañados, muchos de los cuales han perdido a uno o ambos progenitores. UNICEF calcula que el terremoto ha afectado a 2,5 millones de niños y niñas sirios.
“El número de niños y niñas no acompañados aumenta cada día que pasa, ya que los equipos de búsqueda y rescate siguen encontrando menores no acompañados o incluso bebés que quedaron atrapados bajo los escombros tras el terremoto, como hemos visto en las últimas horas”, explica Eloisa Molina, directora de comunicación de World Vision.
Algunos de los niños y niñas perdieron a sus familiares directos como consecuencia de la destrucción causada por el terremoto en Turquía e intentan reunirse con parientes volviendo al noroeste de Siria, de donde proceden. Otros ya residían en el noroeste de Siria cuando se produjo el terremoto, que se cobró la vida de sus familiares directos. Según las primeras evaluaciones de nuestro personal, sus edades oscilan entre los pocos días de vida y los ocho años. La mayoría de ellos carecen de documentos de identidad, lo que dificulta aún más la tarea de reunirlos con sus seres queridos.
En los primeros días tras el terremoto, World Vision advirtió de los graves riesgos a los que podrían enfrentarse los niños y niñas tras una catástrofe de tal magnitud, e hizo un llamamiento para que se diera prioridad a la protección de la infancia en la respuesta de emergencia. Muchos menores corren ahora un mayor riesgo de separación familiar, además de estar expuestos a diversas formas de abuso y explotación debido a su mayor vulnerabilidad.
Situación enquistada
Esta situación se da después de casi 12 años de conflicto, desplazamientos y muchos traumas que ya han tenido un enorme impacto en la infancia y la vida de los niños y niñas sirios. World Vision está movilizando actualmente a sus equipos de protección sobre el terreno para garantizar que se puedan establecer vías de derivación seguras para todos los niños y niñas afectados en coordinación con otros actores de protección. También utilizará sus centros de protección de la infancia en el noroeste de Siria para responder a sus necesidades y proporcionar los tan necesarios servicios de salud mental y apoyo psicosocial en estrecha coordinación con los socios locales.
Johan Mooij, director de respuesta de World Vision en Siria, afirma: “Los niños y niñas sirios corren de nuevo el riesgo de caer en el olvido tras las secuelas de esta crisis. Ya han sufrido casi 12 años de guerra y destrucción y este terremoto ha añadido otra complejidad a sus jóvenes vidas, en algunos casos incluso arrebatándoles a sus seres queridos. Es urgente que abordemos las necesidades de los niños y niñas no acompañados, para garantizar que puedan seguir recibiendo la atención que necesitan desesperadamente en el noroeste de Siria”.
Una reciente evaluación de necesidades llevada a cabo por World Vision en el noroeste de Siria mostró que el 94% de los hogares y refugios de las personas encuestadas se habían visto afectados por el terremoto, mientras que el 82% se refugiaba en albergues colectivos como consecuencia de estos daños. Además, el 42% de los encuestados informaron de que las instalaciones educativas habían sufrido daños en sus barrios, y el 84% de ellos dijeron que el terremoto había afectado a la capacidad de sus hijos para acceder a los servicios educativos. Hasta ahora, nuestra ayuda de emergencia ha llegado a más de 78.000 mujeres, hombres, niñas y niños del noroeste de Siria con combustible, calentadores, comidas preparadas y asistencia sanitaria.
“Pedimos un aumento de la financiación y la ampliación de la ayuda humanitaria dedicada a esta emergencia, para que los actores humanitarios puedan satisfacer las enormes necesidades en el noroeste de Siria. Y lo que es más importante, la protección de la infancia debe seguir siendo el centro de todas nuestras actividades. Los niños y niñas sirios nos necesitan ahora más que nunca”, concluye Johan Mooij.
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